El aparato se habría quedado sin oxígeno la mañana de este jueves.
Varios medios internacionales confirmaron que los restos hallados del sumergible ‘Titán’ corresponden al “marco de aterrizaje y cubierta trasera”. Amigos de dos de los tripulantes hicieron esta revelacióon en medio de una entrevista con Sky News.
Un campo de restos cerca del Titanic fueron hallados este jueves por los equipos que buscan desesperadamente al sumergible turístico desparecido el domingo en el Atlántico Norte con cinco personas a bordo, informó la Guardia Costera estadounidense.
“Los expertos del mando unificado están evaluando la información”, dijo el servicio costero en un tuit.
Los restos fueron hallados en la “zona de búsqueda de un ROV, un vehículo operado remotamente, cerca del Titanic”.
La búsqueda, en la que participan barcos, robots y aviones, entró este jueves en una fase crítica, pues las 96 horas de oxígeno de emergencia de que disponía el sumergible Titan de la empresa OceanGate Expeditions se habrían agotado en la mañana del jueves.
Al científico marino David Mearns, que conoce a dos de los pasajeros del batiscafo, le embargó el pesimismo tras las palabras utilizadas por los rescatistas.
“No utilizas expresiones como “campo de restos” a menos de que no haya posibilidades de encontrar con vida a las personas”, dijo a la cadena Sky News.
“Esto indica que es el peor de los escenarios, un fallo catastrófico, que es en general una implosión”, que no habría dado tiempo a los pasajeros a darse cuenta de lo que estaba pasando, aseguró.
A bordo viajaban el millonario británico Hamish Harding, presidente de la compañía Action Aviation; el paquistaní Shahzada Dawood, vicepresidente de Engro, y su hijo Suleman -ambos también con nacionalidad británica-; el experto buceador francés Paul-Henri Nargeolet; y Stockton Rush, director general de OceanGate Expeditions, la compañía que opera el sumergible, y que cobraba 250.000 dólares por turista.
El barco nodriza Polar Prince, de la compañía canadiense Horizon Maritime, perdió todo contacto con el sumergible menos de dos horas después de haber iniciado una inmersión que debería haber durado unas siete horas, para visitar los restos del mítico transatlántico Titanic, que yace a casi 4.000 metros de profundidad y a 600 km de tierra firme, en Terranova.
La detección de ruidos bajo el agua en la zona de búsqueda en los últimos días reavivó la esperanza de encontrar al sumergible y centró la búsqueda de los barcos y aviones que participan en el dispositivo cerca del pecio del Titanic.
Una decena de barcos de varios países, entre ellos Canadá, Estados Unidos, Francia, así como de empresas privadas, y vehículos de control remoto (ROV, por sus siglas en inglés) forman parte del dispositivo internacional que participa en la búsqueda del sumergible.
Otro robot de la empresa de cartografía en aguas profundas Magellan tenía previsto llegar desde Gran Bretaña en la tarde de este jueves para sumarse al peinado de los fondos marinos.
En los últimos días salió a la luz un informe sobre las posibles deficiencias de seguridad de la nave.
El exdirector de operaciones marinas de OceanGate Expeditions, la empresa fabricante, David Lochridge, despedido por haber cuestionado la seguridad del Titan, mencionó en una demanda judicial el “diseño experimental y no probado” del sumergible.
Según Lochridge, un ojo de buey de la parte delantera del aparato fue concebido para resistir la presión a 1.300 metros de profundidad y no a 4.000 metros.
Tom Zaller, director ejecutivo de la compañía que organiza la exposición del Titanic, contó a la AFP su experiencia hace 23 años en una inmersión similar a la del domingo para visitar los restos del naufragio más famoso de la historia.
“A medida que bajas más y más, se vuelve más oscuro”, y más “frío”. Tras ver el vídeo que grabó de sí mismo en las profundidades marinas, vio que “estaba completamente aterrorizado”.
“Estuve en ese sumergible por doce horas con todo marchando de acuerdo al plan”, comentó, pero “no me puedo ni imaginar” lo que es estar varios días encerrado en un habitáculo donde no hay espacio para moverse, ni para ir al baño.