La OMS lanzó la alerta.
La viruela del mono, también conocida como viruela símica, ha vuelto a capturar la atención global tras ser declarada una emergencia sanitaria mundial por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en agosto de 2024. Esta es la segunda vez en tres años que la OMS emite una alerta de este tipo debido a un brote de esta enfermedad.
Recordemos que el primer caso de viruela símica se detectó en 1958 en Dinamarca, en una colonia de monos utilizados para investigación, de ahí su nombre. Sin embargo, no fue hasta 1970 que se reportó el primer caso en humanos en África, marcando el inicio de su historia de transmisión en la especie humana.
El brote actual de viruela del mono es particularmente preocupante por su magnitud y mortalidad. Desde principios de 2024, la República Democrática del Congo (RDC) ha sido el epicentro de la crisis, registrando 15.600 casos y 537 muertes hasta la fecha. Estas cifras destacan un aumento alarmante en la tasa de mortalidad, que se sitúa en torno al 3 por ciento. Esta cifra es significativamente mayor en comparación con el brote de 2022, donde la tasa de mortalidad fue de solo el 0,2 por ciento. Este incremento indica una evolución en la gravedad de la enfermedad, posiblemente debido a factores como la mutación del virus, las condiciones de salud subyacentes de los afectados o la falta de acceso a atención médica adecuada.
La declaración de emergencia por parte de la OMS subraya la gravedad del brote y la necesidad de una respuesta internacional coordinada. La viruela del mono, aunque menos conocida que otras enfermedades virales, tiene el potencial de causar un impacto devastador, especialmente en regiones con sistemas de salud frágiles. Los síntomas de la viruela del mono son similares a los de la viruela, incluyendo fiebre, erupciones cutáneas y lesiones, pero tienden a ser menos graves. No obstante, el aumento en la mortalidad actual genera preocupación entre los expertos en salud pública.
Es crucial que la comunidad internacional preste atención a esta emergencia sanitaria y que se implementen medidas efectivas para contener la propagación del virus. Esto incluye la vigilancia epidemiológica, el fortalecimiento de los sistemas de salud locales y la educación sobre medidas preventivas. La viruela del mono, que alguna vez fue una enfermedad rara, ahora representa una amenaza significativa que requiere una acción global inmediata.