Perder el estatus de fortaleza y encontrarse con una enfermedad terminal son algunas de las excusas para evitar pasarse por un centro de salud. Le contamos las consecuencias de esta cobardía.
Una enorme aguja acaba de ser divisada por Roberto Rodríguez, un hombre que ha intentado toda su vida esquivar las rutinas médicas, simplemente porque no tolera ningún tipo de instrumento sanitario. Sin embargo, dolores de cabeza y mareos lo obligaron, a sus 64 años, a cumplir algo que era intolerable para él, una cita con el doctor.
Ese día la expresión del médico denotó que algo en la salud de Rodríguez no andaba bien. El tensiómetro dejó al descubierto que los excesos de nicotina y harinas le estaban cobrando factura, no había nada qué hacer, de ahora en adelante el losartán para controlar la tensión, sería su mejor amigo.
Cuando Roberto llegó a casa a contarle a su esposa e hijas que sería hipertenso de por vida, una ráfaga de cantaleta, como él la llama, llegó a sus oídos y no era para menos. Por varios años su familia había sido insistente para que él venciera esa prevención y visitara al médico para descartar enfermedades graves o simplemente para prevenirlas. Pero ¿qué lo llevó a negarse a ir al médico por tanto tiempo? En realidad si usted se siente identificado, al igual que Roberto no es el único que ha vivido esta situación, no están solo en esa idea quizá irracional, quizá justificada, de evadir citas de control, especialistas y todo lo que implique entrar en un centro de salud.
Una reciente encuesta elaborada por Cleveland Clinic en Estados Unidos reveló cuáles son las principales preocupaciones que tienen los hombres con los asuntos de su salud a medida que envejecen. El resultado permite explorar muchos de los conceptos erróneos comunes que afectan la salud de los hombres de todas las generaciones y es el hecho de no visitar al médico.
En un ejercicio más cercano, en SoHo nos dimos a la tarea de entrevistar a varios hombres que explicaron por qué no les gusta ir al médico. Varios, como José Vásquez, revelaron que muy poco les agrada ir a donde los médicos por temor a encontrarse con una enfermedad terminal. Y es que la encuesta también mostró que el 38 % de los hombres consultados admitieron estar preocupado por el cáncer, mientras que el 32 % lo estaban por su salud sexual. En lo relacionado con esos problemas, el 44 % mencionó la disfunción eréctil como su principal inquietud.
Y es que tanto en la encuesta como en el sondeo hecho por SoHo muchos hombres demostraron que no son proactivos al momento de revisar su salud y de conocer el historial médico de su familia. El 55 % de los participantes en la encuesta realizada afirmaron que no se hacían exámenes regulares de salud y la mayoría de los encuestados no conocen sus antecedentes médicos familiares completos, en lo que respecta a cánceres (64 %) y a problemas urológicos (77 %).
Por su parte, el urólogo Alberto Pieretti le contó a SoHo que la detección temprana a través de pruebas de salud preventivas y evaluaciones médicas es esencial para diagnosticar muchas de estas afecciones cuando todavía se encuentran en etapas tempranas, momento en el que son tratables y curables.
Para el especialista su experiencia en el campo de la medicina le ha dejado ver que los hombres latinos tienen menos interés en ir al doctor y en especial al urólogo. Esto se debe, según él, a una explicación específica: “el superhombre tiene miedo a los exámenes que el urólogo le puede pedir y, por eso, en ocasiones, ante la incertidumbre prefiere ignorar el problema. Esto ocasiona que la enfermedad sea detectada en estadios tardíos”. La falta de educación, explica Pieretti, es uno de los mayores problemas y va acompañada de los mitos que existen alrededor de los exámenes urológicos.
Uno de los mitos más comunes está relacionado con la debilidad del hombre al momento de ir al médico. “Sentir que estoy en una situación de debilidad que eventualmente implica que no tengo la plenitud de mis capacidades y un diagnóstico poco optimista pueden generar esa prevención y mucho temor”, explica Javier Narváez, uno de los hombres consultados por SoHo.
Una de las enfermedades que más padecen los hombres a cierta edad está relacionada con los problemas para orinar. Sin embargo, varios de estos pacientes se acostumbran a vivir con estas dificultades. “Dicen: ‘mi vida está bien’ y lo que en realidad esconde eso es un miedo a lo que les pueda ocurrir, por lo que evitan ir al médico”, agrega Alberto Pieretti.
Muchos de los temores al momento de ir a un centro de salud están relacionados con la ignorancia, debido a que los pacientes desconocen que los procedimientos a los que serán sometidos buscan en realidad mejorar su calidad de vida.
Entre las enfermedades más comunes que padecen los hombres que no van al médico está la hipertrofia prostática benigna -el cáncer de próstata- que es el segundo más común en los hombres. Este tiene una mortalidad alta en la población masculina pero hoy en día, gracias a los exámenes de sangre, se puede hacer un diagnostico temprano para lograrlo frenar.
En ocasiones, los tratamientos para prevenir estas enfermedades pueden influir en la calidad de vida de las personas, pero a largo tiempo los resultados serán óptimos.
Es muy conocido que a medida que los hombres se vuelven maduros uno de los mayores problemas que presentan es la alta probabilidad de sufrir de disfunción eréctil. Es por eso, que se hace importante, según el urólogo, tener presente que hay múltiples causas para esto y que la mejor forma de prevenir esta enfermedad es tener una dieta balanceada y hacer ejercicio. Los pacientes que tiene disfunción eréctil por lo general tienen problemas relacionados con la diabetes, problemas cardiacos, hormonales y problemas psicológicos de ansiedad.
Por eso, Pieretti asegura que siempre será importante visitar al médico por lo menos cada seis meses y que la tarea para educar a la población de países como el nuestro va más allá de un simple folleto. Se hace necesario elaborar campañas acertadas de educación y prevención en población juvenil con el fin de que en un futuro no tengan cambios drásticos en su rutina por cuenta de una enfermedad. Además, para que se logre entender que los exámenes preventivos son una condición natural de la vida y que no tiene ningún efecto adverso.
Así que recuerde que ir al médico no lo hace vulnerable, por el contrario como afirma nuestro urólogo, lo hace “más hombre” el hecho de saber qué está pasando por su cuerpo. No solo es cuidarse uno, sino cuidar a su familia. “Recuerde que el peor castigo del hombre es la ignorancia”, sentencia Pieretti.