Conozca cómo comunicarse con su felino de la mejor manera posible para que haga caso sin que se asuste. Son un par de trucos fáciles y efectivos.
Los gatos se caracterizan porque son animales independientes, que no demandan atención continua y que lo único que buscan para sentirse cómodos es un espacio limpio, donde puedan jugar, dormir y hacer sus necesidades en su arena, así como encontrar su comida y agua.
Estos pequeños detalles los hacen muy felices y, pese a que no son tan expresivos como los perros, su amo empezará a notar su alegría con sus delicados ronroneos y su particular paseo entre las piernas con el que no solo expresan su agradecimiento, sino también le comunican a otros gatos que esa persona que le brinda lo que necesita hace parte de su grupo social o, de cierta manera, es “suyo”.
Sin embargo, lo más difícil para muchos es lograr llamar la atención de estos mininos debido a que no siempre es tan fácil como muchos creen, con un simple ‘michicu-michicu’, menos si son gatos sin dueño que recorren las calles en busca de comida.
Por esta razón, los dueños de los gatos suelen buscar con frecuencia los mejores trucos para atraer su atención, teniendo en cuenta que, por lo general, parece que tuvieran un espíritu rebelde que solo quiere jugar y correr sin control, además de afilar sus garras por donde quiera que van.
No obstante, aunque educar a los gatos no es tarea fácil, nadie ha dicho que sea algo imposible, por eso lo más importante es aprender a conocer su lenguaje corporal y sonoro para, de este modo, tener una comunicación asertiva con su mascota sin necesidad de dar órdenes con gritos.
Por otro lado, debe tener en cuenta que entre los factores por los cuales su gato no le podría poner atención está el cambio de ambiente, esto debido a que se pueden sentir amenazados e inseguros en caso de pasar a vivir a otra residencia o tener la presencia constante de otras personas que no estaban acostumbrados a ver o escuchar antes.
También podría ser causa de enfermedades físicas que generen dolores, infecciones o traumatismos que conducen a un comportamiento agresivo, pero también por la edad, pues los más jóvenes se suelen distraer fácilmente y, en caso contrario, pueden ir perdiendo sus sentidos provocando que la comunicación sea un poco más compleja.
Contrario a lo que pasa con los perros, si se regaña o grita a un gato, lo más probable es que se vuelva problemático y mucho más rebelde de lo que es por esencia, por eso es mejor mostrarle qué está bien con un premio (comida) y en caso de que no sea así, notará fácilmente que no está haciendo lo correcto.
Para captar su atención es indispensable llamarlo con un nombre corto y conciso para evitar que se confunda, además, otro truco es con caricias. A los gatos les encantan las caricias, pero ojo, no en todas las zonas de su cuerpo porque podrían provocar un efecto totalmente diferente al que busca.
Así las cosas, las partes en las que les encanta que los mimen son su cabeza, alrededor de las zonas en las que se localizan las glándulas faciales, en la base de las orejas, bajo la barbilla y cerca de las mejillas.