El estudio de la Federación de Mujeres Jóvenes así lo dejó ver.
Sin duda desde pandemia, OnlyFans fue una de las plataformas que más auge obtuvo en varios países del mundo y Colombia no fue la excepción. De hecho, varias mujeres vieron en este lugar un espacio para ganar dinero por medio de fotos y videos exclusivos.
Para nadie es un secreto que las colombianas son bastante admiradas en el mundo, por eso la cantidad de seguidores de otros países no pierden de vista a nuestro país.
Un estudio llamado “OnlyFans: un espacio que blanquea el negocio del sexo”, realizado por la Federación de Mujeres Jóvenes, proporcionó información reveladora sobre la distribución de los creadores de contenido en esta plataforma.
En cuanto a los datos, Estados Unidos encabeza la lista con un 42,35 %, seguido por el Reino Unido con un 7,96 %. México se sitúa en el tercer lugar con un 4,35 %, mientras que Canadá ocupa el cuarto lugar con un 3,99 %. En el top 10 también se encuentran tres países latinoamericanos: Colombia (2,06 %), Chile (1,79 %) y Argentina (1,76 %). De estos, Colombia es el país sudamericano con más creadores en la plataforma.
El informe también subraya que aproximadamente el 97 % de los creadores de contenido en OnlyFans son mujeres. Además, las ganancias de la plataforma en agosto de 2023 ascendieron a 525 millones de dólares, un notable incremento comparado con los 432 millones del año anterior. Este aumento se debe en gran medida a la comisión del 20 % que OnlyFans cobra a los creadores por cada suscripción.
Durante el último año, el número de creadores en OnlyFans creció un 47 %, alcanzando casi 3,2 millones, mientras que la base de usuarios aumentó un 27 %, llegando a cerca de 239 millones. Este crecimiento está parcialmente explicado por la rentabilidad de la industria pornográfica en Internet, según la Federación de Mujeres Jóvenes.
Además, la organización feminista resalta la importancia de reflexionar sobre el impacto social y económico de la pornificación de la sociedad. Señalan que especialmente las mujeres jóvenes se ven afectadas por un contexto social, económico y político que las cosifica y las convierte en objetos sexuales para el placer masculino.