Descubra qué impulsa a los empleados a distanciarse de sus roles y qué significa para el futuro de la productividad y el compromiso en el trabajo.
El “Quiet Quitting” ha emergido como un fenómeno significativo en el ámbito laboral moderno. Contrario a lo que su nombre sugiere, no implica que los empleados abandonen sus trabajos en silencio, sino que estos reducen su compromiso y esfuerzo al mínimo necesario. Este comportamiento refleja un cambio en la mentalidad de muchos trabajadores que, desmotivados o exhaustos, optan por no invertir más energía y tiempo del estrictamente necesario en sus labores.
Las razones que pueden llevar a un empleado a esta actitud son variadas. Entre las más comunes se encuentran la desmotivación, el agotamiento físico y emocional, la falta de equilibrio entre la vida laboral y personal, y la desconexión con la cultura organizacional de la empresa.
La desmotivación puede deberse a la falta de reconocimiento y oportunidades de crecimiento, llevando a los empleados a sentirse desalentados. El agotamiento, conocido como burnout, surge de largas jornadas laborales sin el descanso adecuado. La dificultad para equilibrar la vida profesional con la personal hace que los empleados prioricen su bienestar, mientras que la desconexión con los valores de la empresa puede provocar una desconexión emocional.
La falta de motivación entre los empleados es un desafío significativo para los equipos de Recursos Humanos. Según estudios de la plataforma de beneficios Betterfly, cuando los trabajadores carecen de un propósito claro, de reconocimiento y de un entorno estimulante, su rendimiento y compromiso disminuyen drásticamente, afectando el clima laboral y los resultados económicos de las empresas. Un ejemplo claro de este fenómeno es el “quiet quitting”: empleados, abrumados por el estrés laboral –con un 83% reportando esta condición–, mantienen sus empleos pero renuncian a su compromiso con el trabajo.
Datos de la agencia Workplace Intelligence indican que 2 de cada 3 empleados no están comprometidos y “renuncian silenciosamente”. Indicadores de esta conducta incluyen la falta de participación, entusiasmo, ideas y conexión con la cultura corporativa.
Algunas empresas intentan revertir esta tendencia con programas de bienestar y actividades de team building, pero los resultados no siempre son efectivos. Un error común es aplicar soluciones uniformes a una fuerza laboral diversa en términos de necesidades, motivaciones e intereses. Esto reduce el impacto de las acciones y aumenta la frustración de los equipos de Recursos Humanos al no obtener el retorno esperado de su inversión y esfuerzos.
En este contexto, es esencial reconocer la importancia de ofrecer beneficios personalizados y soluciones adaptadas a cada persona, considerando diferentes ángulos del compromiso laboral como el crecimiento personal, el equilibrio de vida y el bienestar. Betterfly surge como una respuesta a este panorama, ofreciendo una plataforma que combina una amplia oferta de seguros con beneficios corporativos adaptados a los intereses y necesidades de cada miembro. A través de un viaje gamificado, los usuarios acceden a servicios, contenidos y recomendaciones personalizadas, lo que se traduce en un mayor compromiso.
“Las dimensiones organizacionales contribuyen de manera muy distinta al compromiso laboral: la compensación no monetaria como los beneficios, así como la cultura, el clima y el propósito, son determinantes”, explica Lina Vanegas, Head of Marketing de Betterfly. “Nos llena de orgullo haber consolidado una plataforma única en su tipo, que nos permite brindar una oferta personalizada para cada individuo y producir un cambio significativo dentro del mundo empresarial y la industria de los seguros”, concluye.