El sindicato internacional de futbolistas cuestiona al directivo español por su comportamiento en la final del Mundial Femenino.
El directivo Luis Rubiales sigue en el ojo del huracán luego de haber protagonizado el polémico beso que le dio a Jenni Hermoso en la final de la Copa Mundial Femenina, acto que levantó todo tipo de críticas en contra del comportamiento del presidente de la Federación Española de Fútbol.
Rubiales está siendo investigado no solo por el beso dado a la jugadora española, sino porque al parecer ha sido protagonista de otra serie de hechos que dejaron mucho que decir sobre su comportamiento durante la Copa Mundial.
“Acogemos con satisfacción la decisión de la FIFA de abrir un caso de ética y las medidas adoptadas a nivel nacional en España”, subrayó la Federación, al tiempo que afirmó haber escrito “a la UEFA, organización de la que Rubiales es vicepresidente, solicitando que inicie un procedimiento disciplinario”.
El organismo encargado de representar a los futbolistas profesionales afirmó de igual forma que: “Cualquier falta de acción por parte de las autoridades para abordar la conducta del Sr. Rubiales enviaría un mensaje completamente inaceptable y dañino a la industria del fútbol y a la sociedad en general”.
Inicialmente, se esperaba que el directivo en cuestión dimitiera de su cargo, sin embargo, el hombre fue enfático durante un discurso en expresar su intención de mantenerse en el cargo.
El presidente de la federación española, en medio de su anuncio de que no iba a renunciar, afirmó además que el beso con Jenni Hermoso fue mutuo, pero las imágenes del momento muestran una versión muy diferente.
“Fue espontáneo, mutuo, eufórico y consentido, que esta es la clave de todas las críticas. Fue consentido, esta jugadora falló un penalti y yo tengo una gran relación con todas las jugadoras, hemos sido una familia durante más de un mes y tuvimos momentos cariñosos en esta concentración” aseguró Rubiales.
El directivo aseguró que la jugadora lo había acercado hacia ella antes de que se diera el controversial beso, de manera que en su concepto, no hay nada que reprochar.
A pesar de las palabras en su defensa, la comunidad futbolística siente la molestia frente a este tipo de acciones que no se deben permitir, bajo ninguna circunstancia, en el campo de fútbol.
“Ya he perdido perdón por el gesto. Y he explicado que el beso fue consentido. ¿Creen que eso merece esta cacería? ¿Esto merece mi dimisión? Pues les digo una cosa. No voy a dimitir”, dijo luego.
Además, aseguró que lleva 5 años enfrentando todo tipo de denuncias sin fundamento y luchando contra lo que él mismo ha llamado “el amarillismo del falso feminismo.
“No merezco esta cacería que llevo sufriendo cinco años. Cada día durante cinco años. Voy a seguir luchando, como me enseñaron mis padres, como me enseñaron mis entrenadores, como me enseñaron mis compañeros, como me han enseñado mis maestros, y voy a seguir siendo un hombre feliz y pleno conmigo mismo”, dijo.