Amigos felices en la fiesta de cumpleaños. Feliz cumpleaños a tu concepto | Foto: Getty Images

Opinión

La vaca loca

Por: Soho.co

¿Cómo le va haciendo ‘vaca’ -o Vaki, como le dicen algunos por la app- con sus amigos? Si se siente robado por ellos en el restaurante, el bar o en el paseo, esto es para usted.

Por: Juan Moreno

Dicen por ahí que los verdaderos amigos se conocen es en las malas y que hay que tener amigos hasta en el infierno. Tras años de pésimas experiencias grupales he llegado a la inobjetable conclusión de que los amigos, los verdaderos amigos, se conocen es en las salidas colectivas.

“Ah, que vamos a un barcito a ver el partido. Todos, con las novias / esposas / amigas / amantes”. Y uno, todo ingenuo, dice que sí, que listo, que super chévere el plan. Presa de la emoción, invita a su acompañante a hacerle fuerza al equipo y cuando llega al sitio, claro, que mediecita por aquí, que una botellita por allá, que la jirafa de cerveza, que una picada para 18, y ya entrados en gastos, el litro de whisky “del extranjero” (sí, de ese que es caro y no sabe a bueno).

Uno, que no toma pero que sí le da hambre, ve cómo hay más trago que comida y que la poquita que había resultó “democratizada” por una mano más rápida que la suya. Total, quedó con hambre y si tomó, salió más prendido que matorral en verano y a la hora de la cuenta, el mesero, apenas empieza a pronunciar la frase “¿Cómo quieren pag…?”, el más ‘avispado’ del grupo, con su bendita malicia indígena, ya está interrumpiendo con la lapidaria respuesta: “hagamos vacaaaa”.

Esto se traduce en: todos pagan lo mismo así unos hayan comido y bebido más que los otros. Y usted, más aburrido que integrante del PH sin puesto, sale a comerse un perro caliente al carrito más cercano para bajarle la mala cara a su pareja mientras ella le dice “tan queridos tus amigos”.

Otra muy común es cuando salen a celebrarle el cumpleaños a alguno de sus amiguitos, llámese compañero de oficina, de universidad, de los del barrio, de los de toda la vida, etc. El más boyante siempre es el que sale con el “Ay, conozco un sitio buenísimo, súper exclusivo, todo es saludable, orgánico y artesanal”. Aquí su cabeza debe traducir la siguiente ecuación: zona rosa + letreros escritos con tiza + cuatro mesas + “orgánico” + “saludable” + “artesanal” + atendido por meseros con barba de barbería = Saque las cesantías y lleve dos fiadores con propiedad raíz.

Porque el “vino de la casa” se lo cobran como si fuera de la Casa Blanca. Ah, y vaya “comidito” (o sea, saciado) porque, como el que se fue a ver el partido, va a quedar con la misma hambre que tenía al llegar. ¿Y todo por quién? Por los amigos, cómo no. Es que son taaan queridos.

Hablemos ahora de los viajes con los amigos. Ah, qué delicia. Siempre está el más “avión” que consigue la cabaña en la playa a un precio de penthouse en Cholón. Pero al llegar, usted y los otros descubren que no tiene agua dulce y la luz la ponen de tres a cuatro de la mañana. Y es aquí donde usted se pregunta para qué eran los 900.000 pesos que le pidieron de cuota para pasar el puente allá, porque no se le olvide que “en el mar, la vida es más sabrosa”, ¿no?. Ah y la señora que iba a cocinarles cobra aparte y no, no compraron caviar ni huevos alemanes en el mercado. Al destapar el menaje, usted encontrará garrafas de aguardiente, preservativos, (si solo fueron hombres, sospeche), una mata parecida al cilantro y un paquete de galletas de soda por si los cogía la popular “cometrapo”. Pero tranquilo, porque tiene oportunidad de devolverse, ¿no ve que el carro lo puso usted? Eso sí, aun le deben la gasolina y los peajes de la camioneta, pero qué va, “el día de salir se gasta”, ¿no?

La próxima vez, coja el toro, o mejor dicho, la vaca por los cuernos. Ponga usted las condiciones, recoja la plata, haga las cuentas, pida por todos, escoja los sitios y merque a su gusto. Mejor dicho, salga solo. Porque como decía un suegro que yo solía tener y que odiaba salir en patota “mijo, recuerde: el buey solo bien se lame”.

Ah, y otra cosita. Si usted no se sintió identificado con el que siempre sale aburrido después de la vaca, deje de comer y beberse toda la plata de los amigos. Mejor es tenerlo a usted de enemigo. Ventajoso.

CONTENIDO RELACIONADO

Opinión

‘Merlina’ y el mercado de las personalidades desechables

Opinión

¡Obvio que nos encanta la Navidad!, y a los que no, que se aguanten

Opinión

Esta Navidad no es mía: ninguna lo ha sido

Opinión

El ABC del orgasmo femenino