El día de la inauguración del Mundial de Fútbol Brasil 2014 en medio de la fiesta y de la alegría desbordada entramos al estadio de São Paulo para ver el juego inaugural entre la Selección anfitriona y el combinado de Croacia .
Ya por fin sentados y habiéndonos aguantado una eterna fila, una caminata de kilómetros y tal vez uno de los shows de inauguración más flojos de la historia mundialista, quedamos en medio de una mancha amarilla de hinchas brasileros y al frente de un extraño grupo de Croatas.
Llegó el momento de la salida de los equipos al campo y todos emocionados nos pusimos de pie para aplaudir. A continuación vinieron los himnos donde el Brasilero se lució por el canto apoteósico a capela después de la terminación de la música. Cuando llegó el turno del país europeo, todos los Croatas al frente nuestro con las camisetas a cuadros rojos y blancos se abrazaron y de manera muy inspirada empezaron a cantar con el corazón un extraño dialecto, que ni parecía muy croata y más bien se asemejaba a un sonido gaga emitido por un bebé tratando de seguir un ritmo.
Con mucha curiosidad los seguí detenidamente para entender ese metalenguaje, hasta que el himno se acabó y todos efusivamente gritaron: "Croacia" pero en español. Los miré con ojos de investigador privado hasta que observé una pista definitiva que ayudaría a resolver el misterioso caso.
Debajo de la camiseta puesta de uno de ellos se vislumbró un poco de camiseta azul y blanca, totalmente argentina, y lo mismo sucedía con el otro y el otro y así decenas de ellos.
Eran todos argentinos, hablaban argentino pero estaban como agentes encubiertos disfrazados de Croatas con un simple objetivo: ir en contra de su archienemigo, Brasil, sin ser delatados.
Fueron Croatas por un rato y hasta intentaron balbucear su himno sin hablar una sola palabra del idioma, pero retornaron rápidamente a su esencia: La Albiceleste.
Evidenciaron claramente su rivalidad de vecindario, histórica, económica, política, social y obviamente deportiva, donde los espías también cumplen su misión y realizan todo lo que se necesite para lograr su objetivo, sin dejar huellas, ni rastros, al mejor estilo de la Guerra Fría, la cual mientras exista Fútbol y haya emociones , jamás se podrá terminar.
JCO
@juancarlosortiz