Sabemos que usted conoce de sobra a esta espectacular periodista, empresaria y presentadora, que ahora tiene una exitosa carrera en la televisión de Estados Unidos. Y solo por eso se la traemos de nuevo.
¿Cómo llegó a SoHo?
La primera vez fui invitada por el entonces director Daniel Samper Ospina, cuando yo tenía 22 años. Luego, me volvieron a llamar para hacer una portada muy especial: de espalda. A Daniel lo conozco desde hace años. Salíamos de rumba juntos. Yo era novia de un muy buen amigo suyo, así que fue muy sencilla la invitación.
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¿Qué recuerda de las sesiones de fotos?
Las dos fueron muy importantes para mí. La primera significó abrir muchos candados que tenía en la cabeza. A través del ejercicio de desnudarme encontré una terapia liberadora y pude entender mejor la relación de mi corporalidad y mi personalidad. La segunda vez fue más una respuesta a un momento de mi vida. De nuevo sentí la necesidad de dar un grito liberador. Fue mucho más personal.
¿Qué dijo su familia cuando la vio?
La primera portada generó un ruido mediático que me tocó aprender a manejar de la mejor manera. Fue algo así como una terapia de choque para mi familia y para mí, pero le generó un gran bienestar a mi personalidad. La segunda vez mi familia ni siquiera opinó.
¿Qué pasó después de que salió la revista?
Después de esa primera portada empezó mi trabajo contra el cáncer de seno y muchas otras causas a las que me he sumado gracias a ese desnudo. El tema de los senos expuestos fue importante. Por supuesto, hubo gente a la que le pareció innecesario, pero a mí me sirvió para comunicar sobre la importancia de esa parte del cuerpo que generalmente se relaciona solo con sexo o maternidad, pero que significa mucho más que eso.
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¿Tenía pareja para entonces?
Sí, tenía pareja en las dos oportunidades. En la primera, la reacción fue fantástica; él se gozó mucho mis fotos en la revista. En la segunda, el personaje escribió un texto muy bonito. Supongo que lo disfrutó en su momento.
¿Qué fue lo mejor que le dejó esta experiencia?
La experiencia completa fue lo mejor, desde la previa hasta el final. Al principio tenía un poco de incertidumbre por lo que pasaría, pero el resultado fue muy positivo. ¡Liberador! Esa es la palabra. Me sirvió para abrir la mente, y para generar discusión y opinión.
¿Volvería a posar para SoHo?
¡Siempre!