Desde la prehistoria, los hombres evolucionamos como cazadores. Eso nos condenó a desarrollar un cerebro de una sola función a la vez: "Veo el mamut, persigo el mamut, mato el mamut".
Cosa evidente a la hora de los oficios caseros… ponga tareas puntuales a su hombre y él las cumplirá: ¡Lava la loza!", él lavará la loza; "¡trapea!", él trapeará; "¡saca la basura!", él sacará la basura; pero dele dos órdenes: "¡sacas la basura y luego trapeas!", él trapeará con la basura.
Los cerebros de una sola función deben trabajar siempre para no desconectarse y morir; todo el tiempo deben estar ocupados en algo: una minifalda, un par de tetas, sexo; lo que sea.
A la hora de cagar... tenemos que ocupar la mente para que no se llene de imágenes e ideas sobre lo que estamos expulsando. Por eso tenemos que leer…y leemos lo que esté al alcance.
Yo en el baño he leído La divina comedia, Crimen y castigo, Fausto y todas las SoHo desde la número 3. En las fincas, si no hay revistas, leo la parte de atrás del champú. Sé que lo que hace bueno un champú es la combinación equilibrada de sulfato de sodio, glicerina y sulfato de magnesio… atrás del pote lo dice.
No nos molesten… leer mientras se caga no daña a nadie. Pídannos lo que quieran pero no la lectura de inodoro…corremos el riesgo de convertirnos en coproobsesivos.