¿Dónde terminan las bicicletas inmovilizadas, los medicamentos vencidos, las cédulas que nadie reclama, las pilas viejas y las latas vacías? Fuimos a los lugares donde descansan en paz y por montones.
1. Bicicletas
Los “patios” de las bicicletas, en el barrio Álamos de Bogotá, albergan unas 6200 “burras” que han sido inmovilizadas —sí, a usted se le pueden llevar la bici como se le llevan el carro—. ¿Por qué se quedan tantas sin reclamar? Porque un proceso judicial se puede demorar cuatro meses, y dejar su cicla en los patios ese tiempo, le significaría una cuenta de 157.500 pesos. Si a eso le suma que la multa por la inmovilización es de, digamos, 100.000 pesos, la cuenta total le saldría por 257.500… Y con esa plata se puede comprar una bicicleta nueva, y no oxidada, como seguramente saldrá la suya de patios.
2. Medicamentos
Los medicamentos vencidos, parcialmente consumidos o expuestos a temperaturas inadecuadas son un peligro para su salud y para el medio ambiente. Por eso, en droguerías y supermercados hay 959 contenedores de la corporación Punto Azul. Esta asociación se encarga de incinerar los medicamentos para destruir sus componentes químicos y evitar que sean falsificados. Hasta 2015, Punto Azul había recolectado 243.449 kilos de medicamentos vencidos o deteriorados (el peso equivalente a un avión Airbus A380), que terminaron en una bodega al occidente de Bogotá antes de ser quemados.
3. Cédulas
¿Sabía que la cédula de ciudadanía tal y como la conocemos hoy —sí, esa que tiene usted en la billetera— fue expedida por primera vez al presidente Laureano Gómez, el 24 de noviembre de 1952, siete meses antes de que lo derrocara el general Gustavo Rojas Pinilla? Desde entonces, ha habido un largo camino: según datos de la Registraduría Nacional, el año pasado se produjeron un total de 2.491.799 cédulas y 1.301.367 duplicados. Y eso no es todo: a finales de 2015 había 2.468.396 cédulas por reclamar. ¿Dónde reposan esos documentos? En este inmenso archivo que ve en la foto, ubicado en la sede principal de la Registraduría, en Bogotá, más exactamente en el Centro Administrativo Nacional (CAN).
4. Pilas
32 millones de pilas usadas, que se guardan en una bodega ubicada en Fontibón, han sido recolectadas durante los últimos seis años gracias a la iniciativa Pilas con el Medio Ambiente, de la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia (ANDI). Ojo a este dato: en la actualidad hay más de 3000 puntos de recolección en el país y, según el programa, el 95 % de las pilas que se compran en Colombia son primarias. Mejor dicho, esas que usted usa una vez y luego desecha.
5. Latas
Los colombianos producimos alrededor de 32.000 toneladas de basura diaria. Eso pesa, más o menos, un edificio de diez pisos. Y gran parte de esa basura está compuesta de aluminio no ferroso; mejor dicho, de latas. Aunque no hay datos exactos de cuántas se recogen cada día, a esta bodega, también ubicada en el barrio capitalino de Fontibón, pueden llegar cuatro volquetas repletas de latas que luego son recicladas. Es decir, millones de las latas gastadas que ve en la foto volverán a ser latas nuevas.