Según una ley de 1992 hoy se conocen los archivos clasificados del asesinato de John F. Kennedy. ¿Por qué han ocultado esta información tanto tiempo? ¿Qué y quiénes esconden lo que pasó el 22 de noviembre de 1963?
Kennedy fue el trigésimo quinto presidente de los Estados Unidos. El más joven después de Theodore Roosvelt. El único presidente católico que ha tenido ese país. El cuarto en ser asesinado durante su gobierno. Y su muerte, la más misteriosa en la historia reciente.
Quizás por eso la pregunta que más morbo despierta entre los estadounidenses es quién mató a Kennedy. No en vano hay un sinfín de teorías conspirativas sobre su asesinato y es un tema taquillero en cine, literatura, medios de comunicación y hasta en videos de YouTube.
Por eso, muchos se conmocionaron el sábado pasado cuando Donald Trump tuiteó que abriría los expedientes sobre este crimen que por años han estado clasificados: “Sujeto a la recepción de más información, permitiré, como presidente, que se abran los archivos de JFK bloqueados y clasificados durante mucho tiempo”.
La Casa Blanca respondió al rato con un breve comunicado: “El presidente cree que esos documentos deben hacerse disponibles en el interés de la completa transparencia a no ser que las agencias proporcionen una justificación convincente y clara de seguridad nacional o aplicación de la ley que indique lo contrario”. Y ayer, Trump nuevamente tuiteó que la larga espera por fin terminaría hoy y que los documentos se iban a publicar.
Si bien Trump suele exagerar en sus tuits, lo cierto es que según un acta que se creó en 1992 —para apaciguar las teorías de conspiración sobre el asesinato de Kennedy—, en 25 años el presidente de turno de los Estados Unidos tendría toda la potestad para decidir si hace públicos o no estos archivos. Esa fecha se cumple hoy, 26 de octubre de 2017. ¿Por fin se resolverá el misterio del siglo XX? (Las cartas secretas de Jackie Kennedy)
¿Qué se sabrá con la publicación de estos archivos y dónde leerlos?
De entrada tiene que saber que serán muchísimos archivos y que hay que descifrar su contenido. La mayoría son documentos escritos por funcionarios del gobierno (del FBI, la CIA y el Departamento de Justicia) y, por supuesto, van a haber códigos, seudónimos y jergas imposibles de descifrar. A eso hay que sumarle que a algunos documentos ya se les borró la tinta y otros tienen información parcialmente ilegible.
Según algunos medios, el FBI y la CIA estarían presionando a Trump para que no haga públicos estos archivos, pues muchos contienen información de finales de los 90 y se podrían revelar algunas de sus tácticas de espionaje, nombres de agentes encubiertos y de algunos testigos que pueden seguir vivos.
Pueda que el Archivo Nacional, bajo las órdenes de Trump, publique todos los archivos o unos pocos. En dado caso, es probable que en esta entrega la información más relevante sea sobre el presunto asesino Lee Harvey Oswald y un viaje que hizo a México unos meses antes del asesinato y en el que al parecer se reunió con unos espías rusos y unos cubanos. Esa sería la gran revelación de estos archivos.
Si aún así cree estar capacitado para decodificar estos expedientes, van a estar en la página web del Archivo Nacional de Estados Unidos. Tiene que descargarlos (están en formato ZIP), descomprimirlos y ahí podrá ver los PDF, audios y tablas de Excel con la información.
¿Qué pasó el 22 de noviembre de 1963?
La visita
El presidente de Estados Unidos John F. Kennedy estaba de visita en Dallas, Texas. El día era soleado y la idea era que el presidente tuviera el mayor contacto posible con los ciudadanos, por eso él, su esposa, Jackie Kennedy, y el gobernador texano John Connally y su esposa andaban en un carro descapotado. El recorrido que iban a hacer era de 16 kilómetros y finalizaba en el Dallas Market Center donde almorzarían con unos líderes de la ciudad.
Los disparos y la “bala mágica”
Cuando llegaron a Dealey Plaza, el carro cogió una curva hacia Elm Street y el conductor, naturalmente, bajó la velocidad. Eran las 12:30 p.m. cuando pasaron frente al Texas School Book Depository (un depósito de libros escolares) y se escucharon los disparos. El 80% de los testigos aseguró haber escuchado tres.
Según quedó registrado en la película Zapruder (un video casero de un ciudadano que se encontraba en Dealey Plaza y quizás la prueba más importante en el caso), primero Kennedy recibió un disparo que atravesó su garganta y segundos después otro disparo que impactó la parte trasera de su cráneo y fue, sin duda, la bala fatal.
El gobernador Connally también recibió un disparo en su pierna y esa es la famosa “bala mágica”, ya que para la CIA la bala que impactó la garganta de Kennedy cogió un rumbo de tal manera que también llegó a impactar la pierna de Connally. (Fotos invaluables de la historia)
La prueba forense y científica, sin embargo, demostró que tuvo que haber dos o más francotiradores y ahí cae la teoría de que Oswald actuó solo. Es más, según las investigaciones usó una escopeta vieja que costaba 12 dólares en la época, tenía el telescopio dañado y municiones de 1940. Ni siquiera con rifles en mejor estado, expertos francotiradores lograron hacer la trayectoria que hizo Oswald. Y lo que sería la mejor prueba, el cuerpo del presidente Kennedy, fue alterado al momento de la autopsia según una de las teorías de conspiración.
Los implicados
En este caso, como en muchas de las historias trágicas, los supuestos responsables murieron antes del juicio. Primero, estuvo Lee Harvey Oswald. Según el informe del FBI, Oswald había entrado a trabajar al Texas School Book Depository cinco semanas antes del asesinato. Según sus investigaciones actuó solo. Además, afirmaron que había disparado a un policía y que cuando lo intentaron capturar sacó un arma nuevamente. Oswald siempre negó haber sido el autor del crimen y dijo que era un chivo expiatorio.
Pero su captura también fue un misterio, pues después de una interrogación de 12 horas —en la que supuestamente no grabaron nada—, Jack Ruby le disparó a Oswald en el estómago y lo mató. Ruby, era un empresario nocturno que se movía en el mundo del hampa y según testificó solo quería herirlo pues era un admirador de Kennedy. Ruby murió por un cáncer de pulmón tres años después del asesinato.
Como ya habían suficientes pruebas para armar más de una teoría conspirativa, el presidente Lyndon B. Johnson (vicepresidente del gobierno de Kennedy) creó la Comisión Warren para investigar a fondo el caso. El informe concluyó que no había ninguna conspiración y que Oswald había actuado solo por motivos personales. La mayoría de los ciudadanos no se comió el cuento y las sospechas solo se fueron alimentando, sobre todo por la posibilidad de que Oswald fuera un agente de la CIA.
Luego, en 1976, se creó el Comité Selecto de la Cámara sobre Asesinatos para investigar el homicidio de Kennedy y de Martin Luther King. En 1979 emitieron el informe final, en el que se concluía que Kennedy posiblemente fue asesinado por una conspiración, fueron cuatro disparos (el tercero vino de un segundo asesino). Criticaron además al Departamento de Justicia, FBI, CIA y a la Comisión Warren por su investigación tan pobre.
Después del estreno de la película JFK de Oliver Stone, en 1992, las conspiraciones tomaron más fuerza que nunca y se creó el acta President John F. Kennedy Assassination Records Collection Act de 1992, bajo el mandato de George H. W. Bush. La idea era calmar estas teorías (en especial, la que aseguraba que la CIA había matado al presidente) al abrir al público expedientes que quedaron ocultos. (El día que mataron a mi papá, por Luis Carlos Galán)
Y aunque muchos se publicaron, 3100 documentos permanecieron como archivos secretos. Esos serían los que se empiezan a publicar hoy, pues aunque Trump ya le dio luz verde a la publicación, por temas de seguridad, algunos documentos deben ser redactados nuevamente y hay una nueva fecha límite para la publicación total de estos documentos, el 26 de abrirl de 2018. Y aunque el misterio continua, para muchos expertos, pueda que se repita el caso de los noventas y posiblemente los documentos claves para saber quién mató a Kennedy sigan bajo llave.