Cuento de Fútbol

Libre de marca en la zona de candela

Por: Mauricio Reyes Posada. Ilustración: Paola Rico

El ganador del concurso de cuento de Bogotá Capital Mundial del Libro regala a los lectores de SoHo uno de sus mejores relatos inéditos.

Voy hacia el centro de la cancha cerca de las dieciocho y espero que el mico Olivera corra por el costado derecho y me haga un pase frontal para pararla con el pecho a lo Pelé y de media vuelta meterla en la portería de los de sexto ahora que estoy en posición perfecta libre de marca en la zona de candela cuando veo venir el centro por los aires pero la pelota cruza muy alto y se pierde por la línea lateral ¿qué le pasa Olivera? mire bien ¿no se da cuenta que no puedo conectarla a esa altura? ¿usted cree acaso que soy de caucho? de malas otro avance perdido y vuelve y juega nos echamos para atrás esperando la movida de los carrileros pues ellos también tienen responsabilidad ¡qué carajo! esta es la vaina del fútbol al final todo el mundo nos critica y nos exige chutar al arco todas las veces y meter goles por el hecho de ser los punteros como si fuéramos los únicos en el partido pero no nos valoran enfrentándonos a esos muros de piedra del otro equipo dispuestos en líneas de cuatro que nos aguantan y despachan a punta de patadas y empujones los malditos y uno rogando que se nos despegue el defensa para poder movernos pero el tipo que me pusieron de candado es un gordo grandote malencarado que escupe todo el tiempo y me está respirando en la nuca y no me deja voltear y es una lástima no ser uno tan hábil como el mico para sobrepasarlos olímpicamente no sé por qué tiene tanta facilidad si gana todos los rebotes hasta de golpe lo contratan algún día en Millonarios o Santa Fe y me da rabia no ser tan bueno aunque tenemos que aprender de los mejores nos repite el entrenador a todas horas pero si uno lo piensa es porque se le viene a la cabeza y claro me metieron a la final por darme una oportunidad y si no cumplo me sacan y ponen en mi lugar al negro Calderón que siempre ha tenido ganas del puesto y ¡qué bien cortada! la jugada empieza en Villegas con un globo por encima de los volantes y ¡así se hace! el mico Olivera la recibe como si congelara la pelota y la pegara al guayo y arranca a correr como una exhalación por la derecha al filo de la línea de cal como disputando los cien metros planos burlando al defensa que le espera y preciso lo supera y lo deja atrás ¡qué bien! démela rápido tengo el defensa corrido y me deja un hueco yo sé pegarle duro para superar al portero Ramírez una güeva completa que suelta la pelota a cada rato el maniflojo chiquito con esos guantes tan grandes y hay que aprovechar tirándosela a ras de piso o tan alta que no la alcance pero Olivera la pierde con el diez contrario mientras el gordo medio tapia me sigue oponiendo a la brava su cuerpo fofo de orangután mareándome con su olor espantoso y ese modo solapado de empujarme el desgraciado porque lo hace con maña el hipócrita para que el árbitro no se dé cuenta y no le pite la falta en el área ¿qué tal un penal a estas alturas? y por eso no me está quedando fácil pasarlo pero es cosa de paciencia y veo ahí que Gamboa recupera el balón luchándola a brazo partido con el tipo que llaman piojo y se la pasa a Olivera pero ¡no señor! ¡a punta de patadas no se vale! ¡Oiga árbitro sáquele tarjeta roja al tarado ese! ¿No vio acaso que la patada iba directo a la tibia y al peroné? ¿se le quedaron las tarjetas en la casa? ojalá no tengan que sacar al mico en camilla porque no quedaría nadie para hacerme el pase que necesito y me imagino en un relámpago por mi cabeza la bola entrando en la portería de Ramírez y goooooooooool de Reyes y los de las barras gritando y la sorpresa general sí señor confirmado el golazo fue de Reyes quien lo creyera ¿ese flacuchento de quinto de bachillerato que nunca hace goles? se pregunta la gente ¡qué maravilla! esta vez le pegó un cañonazo como para romper las piolas y yo gozando con este gol imaginario mientras el defensa gordo bien despierto aprovecha mi ensueño tan pendejo y me quita la bola con una facilidad indignante y se la pasa sin demora al delantero camiseta diez quien avanza por nuestro campo a medio correr buscando compañero con la mirada y la juega al fin con el nueve quien se la devuelve después de una pared bien lograda donde dejan a Borrero colgado de la brocha y se mete por el centro pero Villegas que es un berraco defensa lo corta y la entrega de regreso a Gamboa para que dispute la bola con el mismo nueve que insiste como el carajo y yo mientras tanto viendo de lejos estas jugadas tan enredadas y aquí arriba dependo de un solo pase del mico Olivera o de la perra Zornoza si logra subir cual ráfaga y espero lo haga pues el tiempo va pasando pero no nos podemos impacientar ni hacer esa pendejada de intentar pasar a la brava rompiendo por el medio o con gambetas que ellos pueden controlar metiendo la pata con fuerza y punto entonces lo único que vale es estar en buena posición para cogerlos de sorpresa en un contragolpe mortal pero ni el mico Olivera ni Gamboa ni la perra Zornoza logran desenredarse todavía del nudo que nos han armado los de sexto a punta de pases cortos en el medio campo como si se hubieran despertado los desgraciados mire que en el primer tiempo nos resistieron con un planteamiento defensivo hasta el silbato final para venir a desgastarnos deliberadamente en el segundo y les está funcionando la estrategia del toque toque maricón después de todo el gasto inútil que hicimos nosotros de correr y abrir espacios tirando pelotas de lado a lado y no nos sirvió tampoco cambiar de táctica poniendo la pelota en el piso para confundir las defensas aéreas que son su fuerte pero sin llegar al gol y está ocurriendo lo de siempre que si uno no la mete en los primeros quince minutos los otros se toman confianza y llegan a irrespetarnos los descarados en nuestras propias narices ¡no hay derecho! ¡vamos compañeros, adelante! no pueden derrotarnos pero la regla es que si uno no hace los goles los ve hacer y en esas el tal pitufo Fernández pasa como una exhalación y me roba la pelota que tenía a tiro de pie y se la entrega al delantero zurdo que corre como un gamo y ¡cuidado Villegas! ¡Apúrele muévase ciérrele córrale marica clávele los tacos que va a chutar y preciso ¡qué riflazo mi madre! casi la mete pero se sobró Iglesias sacándola al tiro de esquina ¡qué porterazo! y por fortuna resultó un paquete el cobrador pues la bota por detrás de la portería pero apúrele Iglesias ¡mándela! el tiempo se está acabando y por el afán de ponerla lo más lejos ¡mala entrega! la para un volante de contención en la zona media justo el pelirrojo que nos tiene jodidos en el centro repartiendo juego ofensivo a los costados y vuelve y dispara con potencia un tiro de larga distancia a media altura pero ¡qué bien Iglesias! la figura del partido pero saque pronto que les podemos romper las marcas todo depende del pase en diagonal de Villegas a Fernández y de este a Umaña y luego a Gamboa y por último al mico Olivera a la derecha y yo parado mientras tanto en la mitad del campo sin jugar desde hace rato porque no me llegan pelotas pensando en la fiesta de esta noche y en esas preciso le llega el balón al mico Olivera por un pase largo de Villegas desde el fondo cuando falta solo un minuto y de una me lo patea al centro por todo lo alto y veo venir entonces esa bola blanca y brillante como una luna llena volando por los aires iluminada por el sol frío de Bogotá y alcanzo a ver allá arriba el cielo medio borroso repleto de nubes grises y al fondo las montañas desiguales y al público inquieto en las graderías y siento un grito de gol contenido en las gargantas durante ochenta y nueve minutos y esa pelota tan esquiva me está buscando pues desciende en cámara lenta hacia mí y la tengo ya casi encima y me da miedo enfrentarla porque no sé cómo carajo hacer la jugada si pararla con el cuerpo o meterle la cabeza o primero el pecho o el empeine o la cadera o ¿qué tal una chilena para sorprender las graderías? y me atolondro pues no quedan sino unos pocos segundos y lo único que se me ocurre es levantar la pierna derecha y echarla con toda la fuerza del mundo hacia delante por si acaso se cruza providencialmente con la línea de caída de la bola cuando siento un golpe durísimo pues la alcanzo a contactar con la espinilla limpia de protección y no con el guayo y siento un dolor profundo en el hueso pero veo entonces la bola cambiar de rumbo y tomar camino hacia el palo izquierdo de la portería de sexto con una fuerza que me sorprende y es un tiro cruzado de quince metros imparable pues al llegar roza apenas el travesaño y entra por la parte superior del vértice izquierdo donde no la alcanzaría ni el más ágil de los porteros allá mismo donde las arañas tejen sus telarañas y siento una cosa rara por dentro como en la garganta y en otras partes más íntimas que no puedo describir con palabras y me veo a mí mismo como un héroe mientras acaricio mentalmente el trofeo que ya es nuestro y mis compañeros de equipo y los demás del curso se acercan agitando los brazos por la proeza que acabo de cometer y me persiguen y acechan por toda la cancha mientras celebro brincando torpemente como un canguro y todos cantan a morir el gol y se me tiran a un mismo tiempo encima pero me tumban al piso húmedo y me pellizcan las piernas y los brazos y siento que me jalan el pelo y me golpean por todas partes y me gritan palabrotas y no sé por qué me nombran la madre mientras algunos de la emoción me van rompiendo la camiseta a jirones y me aplastan el cuerpo dejándome sin aire y cada vez siento más peso encima ¡quítense por favor imbéciles! ¿no se dan cuenta que me están asfixiando? pero no me sale la voz y me entra una angustia mortal ¿qué me está pasando? ¿qué diablos fue lo que hice? trato de buscar respiro por cualquier lado y mientras lo consigo juro por Dios que si sobrevivo a esta pesadilla del demonio aquí metido contra mi voluntad en la zona de candela les juro y rejuro que no vuelvo a meter un gol nunca jamás en mi puta vida.