Entrevistas

Esperanza Gómez, la actriz porno colombiana

Por: Luis Fernando Afanador

Era su sueño y lo cumplió. Esperanza Gómez siempre quiso ser actriz porno y ya filmó su primera película en Estados Unidos: South Beach Cruising 3. Ella aceptó verla como espectadora y comentarla con el crítico de cine Luis Fernando Afanador y, de paso, regalarnos estas fotos.

Esperanza Gómez no anda con tapujos. De frente va diciendo que le encanta el sexo y que llegó a ser actriz porno porque eso era lo que quería desde muy joven. Ni modelo ni conejita Playboy: actriz porno. Y de las mejores. Por eso dejó el modelaje, las revistas y viajó a Estados Unidos. Hizo los contactos con Josh Productions, presentó un casting y le dieron un papel protagónico en la película South Beach Cruising 3. Sus fans, que esperaban con ansia su debut, ya le dieron el visto bueno y el director, George Stone, le augura un gran futuro en la industria del porno. Sin embargo, la mejor explicación de su éxito la da ella misma: "Me ha ido bien porque llega una mujer latina y las latinas pegan en Estados Unidos. Pero más que eso, la forma de ser mía. Soy una mujer muy natural, muy desinhibida cuando estoy trabajando y a ellos les ha gustado eso. La mayoría de niñas se meten a esto por cuestión netamente económica, no lo disfrutan, y yo a esta industria la amo. Cuando estoy haciendo la escena, yo no estoy fingiendo lo que estoy haciendo. Eso que ustedes van a ver es real, no es que el director me diga haga así, grite así, haga esto. No, yo grito lo que me sale. Lo que es actuado es la parte de la introducción a la película. Pero cuando empieza la parte sexual eso es Esperanza Gómez".

Esperanza está en Colombia y aceptó la invitación de SoHo para hablar sobre su trabajo y ver su película en una sesión privada. Y, claro, aceptó comentarla…?

Antes que nada, una curiosidad: ¿cómo hacen los actores porno para durar tanto? ¿Usan viagra?
Los hombres tienden a utilizar viagra cuando han tenido demasiadas escenas. A veces a uno le toca hacer dos o tres escenas por día entonces es bastante agotador. Pero normalmente si el hombre tiene una escena diaria no necesita nada. La mayoría de los hombres que se dedican a la pornografía son hombres demasiado, como se dice por ahí, arrechos. El estímulo es la mujer y ya.


¿Usan condones?
Hay compañías que lo manejan. Pero normalmente, como por estética, no se deben usar. Mantienen unos controles con pruebas de VIH, gonorrea…?
Enfermedades venéreas…
Exacto. Entonces con eso hay un control.


¿No le da miedo?
No, porque igual con tu pareja corres el riesgo. No sabes con quién se va y se acuesta. Normalmente uno con su pareja tiende a no utilizar preservativos. Entonces, igual se está corriendo el riesgo. En esta industria, antes de tener la escena con la persona tú miras los papeles y la otra persona ve los de uno. En la industria y en la prostitución hay por lo menos como un control. Hay niñas que pican aquí y pican allá y no se cuidan, esas son más peligrosas que las de la misma industria o que tú ir a acostarte con una prostituta que tiene una reglamentación. Soy consciente de que si pasa hay que enfrentar las enfermedades.


¿Sabe de algún caso?
Hubo una época en que no exigían tantos controles y sí se presentaron varios casos, debido a eso empezaron a reglamentar más la industria porno. Es gente que se cuida mucho, que tiende a no tener sexo por fuera… es que trabaja uno tanto en eso y todos los días está teniendo sexo que normalmente no hay tanta necesidad de ir a buscar… Llega uno a la casa y lo que quiere es…

¿Y cómo hace con su pareja?
Él es una persona que entiende demasiado. Es un man que le gusta tanto la industria, que es feliz viendo las películas. Yo soñaba tener un hombre que me apoyara y que disfrutara esto conmigo. Lo encontré y es una persona que disfruta del sexo, disfruta de mi trabajo, se siente orgulloso, se siente feliz.

Entonces usted es una mujer desinhibida…
Soy muy tímida, aunque no parezca. Normalmente cuando estoy trabajando en una pasarela o desnuda en una película me meto en mi cuento y no tengo problema. Pero si voy por la calle con un vestido muy escotado y la gente me mira, me achanta.

Pero usted tiene fama de intimidar a los hombres.
Hay hombres que se sienten intimidados conmigo. Soy una persona muy directa, lo que pienso lo digo y ya. Mire, una vez tuve una experiencia con una persona y antes de tener la primera relación sexual, le dije: a mí me gusta un tipo que sea buen catre y no me gusta que me dé menos de 20 minutos, eso a mí no me sirve. Entonces, empezamos a tener sexo y sentía que el tipo siempre se quedaba, que no era capaz. Hasta que un día me confesó que desde que yo le dije eso quedó intimidado.

Pero no es fácil conseguir esos atletas de 20 minutos…
Pues le cuento que yo he sido muy afortunada porque siempre he tenido hombres que me responden.

¿Qué pasa si no le gusta el tipo, si le parece feo, si no hay química?
De hecho una vez tuve un caso particular, conocí a alguien, una persona que llevaba dos años intentando salir conmigo y a mí él no me gustaba. Hasta que de repente un día llegó al hotel y me mandó la mano a la vagina. Me tocó, se abrió el pantalón y se sacó la verga. A mí el tipo no me gustaba, pero cuando yo vi la verga que tenía, que era el prototipo que me gusta, se me olvidó el físico del hombre y me enfoqué en la verga. O sea: yo amo las vergas. El tipo puede ser feo, pero si tiene el tipo de verga que a mí me gusta, tengo sexo plácido con esa persona.


¿Cómo le gustan?
A mí me gustan largas. El promedio es entre 19 y 20 centímetros, cabezonas y gruesas, pero que al penetrar fuerte no te hagan tanto daño. Es un prototipo especial y cuando yo veo ese prototipo de verga, el resto se me olvida. En la industria son muy selectivos para escoger los hombres —con presencia— y normalmente tienen que tener una verga grande. A ti te están pagando por comerte lo mejor. Para mí, es el mejor trabajo del mundo, me están pagando por hacer lo que más me gusta.

¿Sus orgasmos son verdaderos?
Yo soy una persona natural en escena. He visto entrevistas de niñas que se dedican a esto y dicen: "No, es que yo no tengo ni siquiera un orgasmo y todo lo que está pasando en escena es ficticio". Pues yo no sería capaz de hacerlo fingido y el día que ya no me sienta cómoda haciéndolo, ese día me retiro de la industria. Si no siento química por una persona, no lo hago.


¿Cuántos orgasmos puede tener en un día?
Para tener un orgasmo así, grande, normalmente necesito tener un sentimiento por la persona. Pero en las escenas puedo tener 10 o 15 orgasmos pequeños, donde constantemente se está lubricando la vagina. Y eso también lo siente el actor, cuando él ve que la vagina se está lubricando y no hay necesidad de lubricarla artificialmente, el actor se siente excitado y la escena fluye con más naturalidad; es muchísimo mejor.


¿Nunca se ha involucrado sentimentalmente?
En la industria, estoy disfrutando de la parte netamente sexual. Ahí no hay sentimiento, no hay nada. ¿Puede haber atracción física? Sí, porque hay unos actores que tienen un cuerpo espectacular, tienen un rostro lindo, que hacen que físicamente tú te sientas atraída, pero no pasas a ese sentimiento, no es lo mismo cuando tú haces el amor con la pareja donde sientes como que se funde el cuerpo, que tú disfrutas el olor de la respiración, del sudor, el unir tus partes genitales. En la pornografía, no; es más carnal.

¿Cómo es con una mujer?
Yo me siento atraída por las mujeres; me gustan las mujeres. A veces me produce más erotismo mirar a una mujer que a un hombre. Tengo tres películas lésbicas pendientes.

¿Sexo anal?
Sí, lo hago normalmente en mi vida cotidiana. Pero en las películas todavía no porque cuando empiezas a dar todo de una, te quemas muy rápido. Hay que escalar poco a poco e irle subiendo.


¿Sexo oral?
¿Sexo oral? Lógico, ese está en el paquete. Soy una persona abierta a todo lo que pueda pasar. Me gusta el sexo fuerte, el sexo suave, me adapto a cualquier situación.

¿Cuál es la diferencia?
Softcore, que es el sexo suave, es donde la mujer aparece más bonita, más delicadita; el hardcore, que es el sexo fuerte, es donde tú te entregas, te pegan y tú reaccionas y tú pides que te den más fuerte.


¿Y esta película que vamos a ver es combinadita?
¡Esta es furiosa! (Risas).


Se apagan las luces. Somos los únicos espectadores en el teatro. Esperanza sigue nerviosa: no le gusta verse en la pantalla. "Estoy helada", me dice, y me da la mano para que lo compruebe. Efectivamente: la actriz porno está helada. Le digo que apenas es su primera película, que no importan los errores. Me confiesa que no es solo eso: cuando tiene sexo grita demasiado y eso la avergüenza. "Es que me da pena, soy muy bullosa". Una vez en Cali, con un novio, fue tal la gritería que los empleados del motel iban a llamar a la Policía porque pensaron que la estaban matando. Empieza la famosa South Beach Cruising 3, el sueño realizado de Esperanza Gómez. Se trata de una serie en la que en la primera escena los actores tienen sexo en un jeep que se desplaza por las calles de Miami. Esta vez "el crucero del amor" es con Esperanza y una actriz asiática. Esperanza, que todavía tiene una risa nerviosa, me cuenta que no se sentía muy cómoda: la calle, el ruido, el auto en movimiento. Y la verdad, no es una escena lésbica notable. El jeep se detiene y recoge a Justin, un negro imponente de gafas oscuras, quien será el protagonista de la larga escena siguiente con Esperanza, en un apartamento. Justin es un veterano actor y llegó imponiendo las condiciones a la novel actriz: "Él es un tipo que en la industria porno le suplican que no tan fuerte, que las deje descansar. Entonces él iba con la mentalidad de que conmigo iba a pasar lo mismo. Ha grabado cantidad de películas, se sentía supersobrado, entró tratándome brusco".
Quería tomar el control pero no sabía que a Esperanza no le gusta la brusquedad si ella no lo pide. Y pronto le hizo saber quién tenía el control: "A los tres minutos de la primera escena el tipo se botó. Se bloqueó conmigo y el aparato no le funcionaba". Fue necesario cortar, hacer un receso, hasta que finalmente Justin se tranquilizó. ¿Me está chicaneando Esperanza en nuestro detrás de cámaras? Para nada, los propios fans de Justin lo reconocieron en las páginas de internet donde vieron la película: "Te vimos mal, qué pasó, esa vieja te ganó". Y lo cierto es que las erecciones de Justin no son envidiables y hay una secuencia muy diciente en la que él trata de impedir con sus fuertes brazos los movimientos fogosos de Esperanza. En fin, ya Justin tendrá su revancha —se lo advirtió— y ella, pese a todo, se encuentra feliz: "Me siento realizada, era mi primera experiencia, la primera vez nada es perfecto".
Más tranquila, sin risas nerviosas, con su mano ahora tibia, me confiesa que no estuvo nada mal el ejercicio de verse. ¿Qué hay por mejorar? "No sé, tú eres el crítico". Le insisto. "Tengo que aprender a decir cochinadas en inglés".

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