Chris Sheridan nació en Filipinas pero creció en Estados Unidos. Desde siempre quiso ser guionista y lo consiguió en uno de los programas más vistos y polémicos de la televisión animada: Family Guy. SoHo lo contactó y habló con él sobre su trabajo.
¿Cuál fue su primer trabajo?
Me mudé a Los Ángeles en 1992 a pesar de no conocer la ciudad ni a nadie que viviera allí, pero sabía que ese era el paso que debía tomar para conseguir un trabajo de escritor de cine o televisión. Resulta que en esa época un amigo de mi tío le pasó mi hoja de vida a sus primos, que estaban estrenando un show de televisión llamado Shaky Ground. Ellos me emplearon como asistente de producción, que es el trabajo más bajo en jerarquía dentro del mundo de la televisión. Básicamente me encargaba de los cafés. A los seis meses logré un ascenso a asistente de escritor, el puesto justo encima del que tenía antes. Me encargaba de acompañar a los escritores en sus reuniones y sacar apuntes, en algunos casos les hacía cambios mínimos a los libretos. El show fue cancelado al año. Después pasé a trabajar en lo mismo, en un programa que se llamaba Thea, que también fue cancelado; y después en Living Single, donde pude escalar a escritor. Ese fue mi primer trabajo oficial como guionista. Sin buscarlo, siempre seguí el camino de la comedia.
¿Y cómo llegó a Family Guy?
Living Single se acabó y me quedé sin trabajo una vez más. No estaba teniendo mucho éxito, y un día me llamó mi agente a contarme que la situación laboral estaba difícil, que solo sabía que estaban contratando en un sitio: el tema era un programa animado. Cuando oí esto, pensé “se acabó mi carrera”, pero igual fui a ver el piloto y me pareció muy chistoso. Ahí conocí a Seth MacFarlane y al escritor David Zuckerman, quien venía de escribir otro programa animado que se llamaba Los reyes de la colina. Me la llevé muy bien con Seth desde el principio, les gustó lo que escribí y me contrataron de planta en 1998. Para esa época yo tenía 30 años y Seth, 24.
¿Cómo es el proceso creativo de la serie?
Al principio, el proceso creativo era diferente a lo que es hoy en día. Antes no sabíamos cuántos episodios iba a tener una temporada: podíamos tener 12 o 13, y después cruzábamos los dedos para que nos compraran otros 9 y así. Ahora, ya sabemos de antemano cuánto dura cada temporada; un número promedio para una comedia de este estilo es de 22 episodios al aire. Dependiendo de cuántos escritores haya, se reparten los guiones de cada uno de los episodios. Se nos ocurren posibles historias e ideas y las repasamos una a una entre todos. De ahí, cada uno hace un bosquejo de su historia y después se repasa en grupo, es un proceso de mucha colaboración. La mayoría de los guiones se hacen en el cuarto de escritura. Entre varias personas, partimos las historias y pensamos las escenas. Una vez se finaliza esta etapa, el escritor de cada uno de los episodios escribe un bosquejo más detallado (de siete u ocho páginas) durante dos o tres días, lo comparte con el resto, apunta las sugerencias y después se va unas dos semanas y escribe el guion. Regresa con todo el escrito, diálogos incluidos, que puede ser un texto de más o menos 50 páginas. Una vez más, todos los escritores repasan el guion página por página. Hay alguien que dirige el ejercicio y entonces interviene en ciertas ocasiones como para decir, por ejemplo: “En la página uno, la introducción no está tan chistosa, ¿hay alguien con una mejor idea? Por favor, pensemos en posibles cambios para este pedazo”.
¿Ese era el proceso en sus trabajos anteriores?
No. Lo que también es diferente de Padre de Familia es que, por su naturaleza, tenemos parodias y escenas retrospectivas. Cuando estamos repasando uno de estos momentos y sentimos que se puede mejorar, escogemos de cuatro a cinco escritores que se van a un cuarto durante unas tres o cuatro horas para que se les ocurran un par de chistes alternativos para estos segmentos. Por ejemplo, si Peter y Louis están en un matrimonio y no está muy bueno, alguien dice: “Pues este no es el peor de todos los matrimonios, puedo pensar en otros peores”, y entonces se hace un corte a ejemplos de matrimonios notoriamente peores. Después de estas sesiones, los escritores regresan con seis, siete u ocho ejemplos del peor matrimonio. Entonces entran al cuarto y los actúan; el que más risas reciba es el que va en el libreto. Si no tienen mucho éxito, otros cuatro o cinco escritores van al cuarto a hacer el mismo ejercicio. Cada uno de estos segmentos tiene de 5 a 15 horas de trabajo. Y aún así algunas veces no quedan perfectos, pero en la mayoría de los casos les metemos todo el esfuerzo para que queden lo más chistosos posible. Una vez el libreto está listo, nos vamos a la mesa donde se leen los guiones, que es el primer paso en la producción. Es un proceso muy colaborativo, en el cual solo sale el nombre de una persona, pero en realidad es el trabajo de muchos.
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¿De qué edad son los escritores de la serie?
Hay escritores desde los veintitantos hasta los sesenta y algo de años. Esto nos permite tener muchos tipos de chistes en nuestro programa, como parodias de comerciales de 1970, contenido de internet actual, videos coreanos y demás. Todo el mundo aporta diferentes cosas en el cuarto de los escritores.
¿Cuánto se demora todo el proceso desde la idea hasta el episodio terminado?
De 12 a 14 meses. Primero hacemos la lectura de la mesa, donde todos leemos y actuamos el guion; así vemos qué está funcionando y qué no. Se reescribe sobre eso y un par de días después grabamos las voces. Basándose en la pista de voz tres artistas diferentes, pintan el guion gráfico. Cada cual se encarga de uno de los tres pedazos grandes de cada episodio (desde la perspectiva del televidente, son los pedazos que se separan con las interrupciones comerciales). Este proceso tarda varios meses y, aunque también son bosquejos, es una gran cantidad de trabajo: cientos de páginas. Cuando las entregan, la resma de trabajo puede llegar a medir 15 centímetros de grueso. Entonces repasamos, tomamos apuntes, hacemos unos cambios aquí y allá, algo como “cambiemos esta expresión facial, en esta escena. Peter está bravo de manera que no debería sonreír”, y cosas por el estilo. Es muy similar a como uno dirigiría a actores en un programa de acción en vivo. La diferencia es que para nosotros, cuando vemos la actuación, estamos mirando la forma como se dibujó el guion. Los artistas son muy buenos y le pueden dar mucha emoción a la cara de los personajes, simplemente por como pintan los ojos, las cejas y, por supuesto, la boca. Una vez se hacen los ajustes necesarios, se transfieren todos esos guiones gráficos a un programa de computador en el cual se mezclan la imagen y el sonido, a esto lo llamamos un animatic, que es una versión en bruto de cómo se verá el show. Es todo hecho con lápiz, pero te da una idea de lo que está funcionando y lo que no, sobre todo en términos de tiempos. De acuerdo con lo que veamos, hacemos cambios, incluso hasta en los guiones gráficos y lo volvemos a hacer en animatic. Al final, de todo esto se manda a Corea para la animación final.
Y después qué sigue…
Unos meses después recibimos el episodio a color y lo vemos juntos. Lo que funciona lo dejamos como está y lo que no tratamos de cambiarlo. En este punto es muy costoso hacer variaciones. Sin embargo, a veces muchas de las cosas que funcionan muy bien dibujadas ya no tienen el mismo efecto cuando están animadas. A veces también tenemos un chiste nuevo, que es del momento, y lo queremos incluir en el show. En estos casos, tratamos mejor de incluirlo en los episodios que están adelantados en el proceso de producción para que cuando salga al aire esté vigente. Una vez eso está listo, le damos los toques finales: agregamos la música y demás. Usamos una orquesta completa para hacer la música del programa; no creo que mucha gente note la diferencia de hacerlo en digital, pero Seth es un purista y le gusta grabar con la orquesta completa.
¿Hay temas que están censurados o puede escribir de lo que usted quiera?
Podemos escribir de lo que queramos, pero Fox tiene un departamento de normas y prácticas que lee todos los libretos y mira todos los episodios por si algún tema se ha pasado de la raya. Usualmente tienen razón, pero a la vez es difícil para ellos porque la irreverencia es una de las razones por las que la gente ve el programa. Sin embargo, a veces dan permisos; si el tema está muy bueno y el chiste funciona, nos dejan pasarlo.
¿Tiene algún ejemplo?
Una vez hicimos un fragmento, hace seis o siete años, en el cual hay un hombre en una cama de hospital. Entra el doctor y le dice que le tiene noticias, entonces entra un cuarteto de barbería y empieza a cantar una canción que se llama Usted tiene sida. Es una canción en armonía perfecta entre cinco personas, porque Peter también cantaba. Era muy chistoso porque es muy cruel, pero una de las ventajas de este show animado es que la misma naturaleza de la animación aliviana los chistes pesados. De alguna manera, este tipo de programas nos resultan más livianos: son para niños, son felices. Si a alguien lo atropella un carro en una serie animada, se siente menos brusco que si fuera un recreación de la vida real; si haces la misma escena con actores de verdad, es muy difícil que quede chistoso. De manera que si intentaras hacer un cuarteto de barbería llegando a un hospital y cantándole a alguien que tiene sida en un show de actores normales, seguramente no lo permitirían. De esta forma el show animado permite que haya muchas más licencias poéticas en cuanto a la censura.
Como el caso de Pat Tillman...
Sí, Pat Tillman, el jugador de fútbol americano que decidió renunciar a su contrato de la NFL y unirse al ejército después de los atentados del 11 de septiembre. El caso es que se termina muriendo en batalla, por accidente, en fuego aliado. Esto se convirtió en un escándalo grande durante la administración de Bush, y trataron de encubrir el hecho enfocando el asunto hacia su acto heroico y demás, lo cual era cierto, pero el tema es que trataban de esconder el error. Nosotros hicimos una fragmento en el cual Peter decide unirse al ejército, y estando allá el sargento les da instrucciones: “Ok, chicos, quiero que vayan allá hacia esa montaña y que encuentren a un talibán y lo maten”. Entonces, Peter le responde: “Ok, entonces usted quiere que nosotros vayamos a esa montaña busquemos a Pat Tillman, que lo encontremos y que lo matemos”. El sargento empieza a decirle. “No, no, no a Pat Tillman, a un talibán”, y Peter dice: “Perfecto, lo entiendo todo, quiere que encuentre a Pat Tillman y que lo mate” y así sigue el diálogo durante un rato. Sin embargo, Fox no nos dejó sacarlo al aire. Lo leímos en la mesa y a todos nos pareció chistoso, pero aun así no lo pudimos sacar al aire. De hecho, el corto está animado y se lo mostramos a militares que venían al show y demás, era una sátira social, porque el gobierno estaba encubriendo el caso y nosotros estábamos encendiendo la luz. No nos estábamos burlando de la muerte de Pat Tillman, nos estábamos burlando de que el gobierno quería encubrirlo. Al fin de cuentas, Fox no dejó que saliera al aire, pero sí permitió que se incluyera en el especial de DVD, que salió al final de esa temporada.