La muerte es vista de muchas maneras, todo dependiendo de la cultura. SoHo trae un listado con las despedidas más extrañas que se hayan conocido en la historia.
La familia Burbank, oriunda de Nueva Orleans, Estados Unidos, homenajeó la muerte de Miriam, la madre, vistiendo y maquillando su cuerpo como si ella estuviera viva y preparada para una fiesta: la sentaron en una mesa, le pusieron un whisky, un cigarrillo, y bailaron su música favorita: R&B. (Lea también: Colombia a través de sus tumbas)
Las cenizas fumadas
El rapero estadounidense Tupac fue uno de los íconos mundiales del rap. Murió en medio de un tiroteo y, en su honor, los miembros de su banda, Outlawz, mezclaron sus cenizas con marihuana y se las fumaron en un porro para “esparcir en el aire su legado”. (Lea también: Fumando marihuana con mi papá por primera vez)
En Taiwán se divierten hasta en un funeral: una costumbre difundida en los últimos años consiste en llevar el ataúd a un burdel y pedirles a las bailarinas un show. Un caso muy recordado es el de la familia Jian: cuando el padre murió, su esposa le organizó una fiesta privada alrededor de su cuerpo.
Judy Sunday murió de cáncer en junio de 2013, en Arizona, Estados Unidos, y su familia y amigos le organizaron una despedida con lo que ella más amaba, los bolos: llevaron el féretro a su bolera favorita y todos, vestidos con el uniforme de su equipo, lo empujaron por la línea hasta que tumbó diez pines que formaban la frase: “R.I.P. Judy”.
Pocas cosas le importaban más a George Swanson que su Corvette blanco modelo 1984. Su esposa lo sabía, así que cuando él murió, decidió cremarlo y poner sus cenizas en el asiento del copiloto. Luego de la ceremonia, enterró el carro en un cementerio en Pennsylvania, Estados Unidos. (Lea también: Los perfumes más raros del mundo)