La mayoría de los condones disponibles en el mercado son de poliuretano, resina sintética (únicos hechos en Colombia) o de látex, que se consiguen en cualquier farmacia. Vea también el video sobre los condones más raros del mundo.
Para hacer un condón de látex es necesario mezclar el látex puro con estabilizadores, antioxidantes y químicos vulcanizantes, elementos que ayudan a darle su textura final. Cuando el látex está a la temperatura adecuada se pasa a una máquina con varios recipientes con forma de falo que se sumergen en la mezcla y giran a diferentes velocidades que determinan las medidas del condón (el tamaño promedio es de 18.5 cm de largo, 5.2 cm de ancho y 0.05 mm de espesor). De allí, los falos se llevan a un horno donde el látex crudo se convierte en látex resistente, y de ahí se pasa a la etapa de 'estabilización', donde se expone el condón a la temperatura ambiente y, gracias a unos cepillos enrrolladores, adquiere la popular forma de 'anillo'. Una lavadora industrial asegura que estén libres de residuos químicos y luego se secan en una máquina centrífuga como la de los laboratorios de química de los colegios, pero mucho más grande. Lo último es lubricarlos, dependiendo del tipo de condón y sus condiciones de sensibilidad.