Entrevista

El vaso de agua de 20 mil euros

Por: Revista SoHo

En una de las ediciones de Arco, la tan comentada feria de arte de Madrid, una obra sorprendió por su simpleza: un vaso de agua cualquiera sobre un estante de madera. Aquí le explicamos qué significa y por qué puede haber alguien —en sus cinco sentidos— dispuesto a pagar ese billetal.

Autor Wilfredo Prieto:
Vaso de agua medio lleno, 2006
12 x 9 cm de diámetro
Vaso de agua lleno exactamente hasta la mitad y estante de madera
Galería Nogueras Blanchard, 
Barcelona/Madrid
Le pedimos a la gente de Nogueras Blanchard, la galería de arte que representa al artista cubano Wilfredo Prieto, que nos contara por qué su pieza Vaso de agua medio lleno, a la que todavía no le ha salido comprador, vale más de 50 millones de pesos. Le adelantamos, para que no se nos confunda, que el vasito de agua en su mesa de noche está lejos de ser una obra maestra; juzgue usted mismo si este, el de Prieto, lo es. (Los lujos de los deportistas más excéntricos del mundo)

¿Por qué un vaso de agua es arte?
Ese debería ser un debate cerrado, pues hace casi 100 años el francés Marcel Duchamp presentó una de sus obras más famosas, La fuente, que era, básicamente, un orinal. Desde entonces, hasta los pedazos de mierda enlatados del artista conceptual Piero Manzoni han sido considerados arte. Mejor dicho, es arte porque así lo decidió un artista y así se lo presentó al mundo.

¿Qué quiere decir el artista con la obra?
Creada en la cocina de su casa, Vaso de agua medio lleno es un “alegato al optimismo”: como su nombre lo indica, el autor tiene una visión esperanzadora de la vida y nunca ve el vaso medio vacío. Además, los materiales —el agua, la madera, el vidrio— dan para una tesis doctoral completa por su larga historia de referencias en el arte. (Antójese de estos 5 celulares de lujo (y no hablamos de Iphone))
¿Por qué alguien pagaría 20.000 euros por un vaso de agua?
Por el currículum del artista y la poca oferta que hay de sus obras en el mercado del arte. De hecho, es pieza única, solo existe un vaso medio lleno. Y desde Arco, también vale lo que vale por la cantidad de atención que generó. Es un tema puramente de mercado, de la ley de oferta y demanda.

¿Qué pasa si el vaso se rompe, si se lo roban o si se evapora el agua?
La obra viene con instrucciones escritas. Si se roban el vaso o se daña, basta con conseguir uno nuevo, ojalá idéntico. Y si el agua se evapora o se llena de hongos, simplemente hay que lavarlo y rellenarlo. Lo que le da valor a la pieza, gústele al que le guste, es el certificado de originalidad.
¿Qué otras obras similares tiene el artista?
Wilfredo Prieto ha vendido, también por 20.000 euros, una patilla cortada en forma de cubo, un sánduche de pan con pan y una pieza con grasa, jabón y una cáscara de banano. En todas ellas, el comprador tiene que conseguir los objetos que con el tiempo se descomponen y reponerlos para armarlos en la forma y posición del original. Este ejercicio también es arte conceptual, aunque cueste creerlo. (El increíble Rolls-Royce del futuro)

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