Además habló con Mónica Jaramillo sobre su carrera y cómo se ha forjado un camino en el periodismo deportivo.
Frente a la cámara el impulso es instintivo. Cuando la lente se enfoca en Melissa, la sonrisa aparece. Es una suerte de reflejo. La respuesta del cuerpo ante un estímulo que, en este instante, es el obturador. Melissa siempre sonríe. Unas veces de manera leve, esbozando una mueca con la comisura de los labios, y otras, a carcajadas.
Conoce a la perfección el ritual. Tantos años frente a la cámara no pasan inadvertidos. Mientras la sesión fotográfica avanza, la soledeña hace un par de pausas, acomoda la joyería de su cuello y manos, toma aire y vuelve a conjugar su anatomía en una nueva postura.
Es una mañana soleada en un hotel en Bogotá y, dentro de un par de horas, Melissa será tendencia en Colombia por cuenta de este encuentro con SoHo. Los medios conjeturarán diferentes teorías acerca de cómo serán las fotografías. ¿Se verá mucho, se verá poco? ¿Por qué lo hace?
Al cabo de un par de horas el nombre de Melissa se vuelve viral. Las notas sobre su aparición en nuestra revista son las más leídas en los medios.
SoHo: Los colombianos la conocemos por sus análisis y originales lecturas de los partidos de fútbol. Sin embargo, antes de llegar a las pantallas, ¿cómo empieza su relación con el deporte?
MELISSA MARTÍNEZ: Mi interés por el fútbol despertó cuando tenía 13 años, mis amigos junioristas me contagiaron de esta afición e iba con frecuencia a la tribuna occidental del estadio Metropolitano de Barranquilla. La emoción, la velocidad, las jugadas preparadas y los desbordes me contagiaron con su adrenalina.
SoHo: ¿Iba con algún familiar?
M. M.: Mi mamá conocía muy bien a mi grupo de amigos y con ellos sí me daba permiso de salir, en este caso al estadio. Éramos unos niños unidos por el equipo que amábamos. Nos juntaban los triunfos, pero también las derrotas. Creamos una fuerte complicidad y así nació mi verdadera unión con el fútbol.
SoHo: ¿Cómo fueron sus inicios en el periodismo?
M. M.: Mis primeros pasos en el medio los di con Édgar Perea en Radio Mar Caribe. Tenía apenas 17 años y estaba en primer semestre de la universidad.
SoHo: Pero el gran público la conoció como La patrullera de RCN.
M.M.: Sí, claro. La gente comenzó a identificar mi voz, mis expresiones y el enfoque que les daba a mis notas. Lo que mucha gente no sabe es que llegué allí gracias a un ‘préstamo’. Pasé de la sección de deportes a esa área. Pero periodismo es periodismo, así que lo hice y, cuando se dio la oportunidad, volví al campo deportivo.
SoHo: ¿El cambio fue difícil?
M. M.: Siempre tuve una lucha interna entre la exposición en el set o el periodismo de deportes. Elegir entre una opción u otra convirtió en mi dilema. Pero la respuesta llegó sola...
SoHo: Los deportes, por supuesto. ¿Cuál fue su primer gran reto en este campo?
M. M.: La expedición Brasil 2014 marcó un antes y un después en mi carrera. Muchos lo recuerdan hoy con cariño porque fue un proyecto muy exigente. Vivimos 65 días y 12367 kilómetros que recuerdo uno a uno, era un reality diario para contar cómo Colombia volvía al Mundial. Hubo un punto de inflexión. Tuve que prepararme más que nunca, este reto superaba mis conocimientos periodísticos.
SoHo: En ese Mundial la vimos mucho en televisión. ¿Cómo consigue involucrar el manejo de su imagen en un mundo profundamente masculino?
M. M.: Una vez mi mamá me dio un consejo: “lo más importante no es cómo te ves dando una noticia, sino el trasfondo de lo que dices y cómo lo comunicas”. Me dejé de preocupar por cómo me veía. Si estaba bien puesta o no. Me interesa que la información que estoy compartiendo tenga algo más a la que pueden encontrar en otro lugar. Me tomo muy en serio la investigación y el análisis.
SoHo: Pero no deja la parte estética a un lado...
M. M.: No, para nada. Soy vanidosa, femenina, cuido mi manera de vestir y mi apariencia, pero me preocupo más por lo que digo. Se nota en mi postura física y eso es un plus. Al inicio desvirtuaban mis conceptos por ser mujer, porque no había pateado un balón, pero cuando vieron que tengo una carrera de años, eso me ayudó. Estuve haciendo cubrimiento en terreno de juego y eso era como patear muchos balones. Puedo verme bien y hacer apuntes que complementan la visión de los otros profesionales con quienes trabajo.
SoHo: Melissa, usted hace parte de una generación de periodistas mujeres. ¿Alguna vez han conversado al respecto?
M. M.: Son más de 15 años de todo esto. Me crucé con mujeres que no tuvieron tanta exposición, pero que eran genuinamente brillantes. Liliana Salazar fue la que rompió los esquemas; la valoro muchísimo. Ella fue la primera en presentar y en decirnos a todas nosotras que esto era posible. Luego aparecemos Andrea Guerrero, Melissa Martínez, Sheyla García, Diana Rincón, Pilar Velásquez y creo que RCN fue una buena escuela para darle imagen a una mujer en el periodismo deportivo. No digo que sea mejor o peor, sino un enfoque y una visión que antes no existían.
SoHo: ¿Cree que hay alguna ventaja por ser mujer en este campo?
M. M.: Tengo muchos compañeros y cada día más son mujeres. Escuchar los conceptos de una mujer frente al deporte siempre ayuda a matizar esos debates tan fuertes que se pueden generar en algo tan pasional como el fútbol. Para mí, ser mujer suma. Pasa ahora después de muchos años de carrera.
SoHo: Al comienzo, seguramente, habrá sido diferente...
M. M.: Sí, al inicio era difícil, trataban de descalificar todo lo que decías por tu género y por la poca familiaridad de tener mujeres en el estudio, ahora no.
SoHo: ¿Cree que el panorama, además de más amable, es más justo hoy en día?
M. M.: Ha mejorado, sí. El cambio es evidente. Sin embargo, me disgustan los “cupos de género”: hacer parte de un proyecto por ser hombre o por ser mujer no tiene sentido. Si te eligen debe ser solo por tus capacidades profesionales.
SoHo: ¿Cuál es su selección favorita para ganar Catar 2022?
M. M.: Tengo una ilusión y creo que las selecciones de Argentina o Brasil pueden ser quienes la cumplan. Quiero que la Copa del Mundo vuelva al continente después de tantos años. No descarto a Francia y tampoco a Inglaterra, sobre todo por su proceso desde menores.
SoHo: Alejándonos del fútbol y luego de ver cómo se desenvuelve frente a la cámara, con tanta comodidad y naturalidad, ¿cómo se sintió con la idea de aparecer en esta nueva SoHo?
M. M.: Es un escenario distinto, al que no estaba acostumbrada. Ya me habían buscado antes, hubo cinco intentos previos por parte de esta revista, pero todos habían sido bajo la dirección de hombres. Como en esta ocasión la directora es una mujer, me sentí más tranquila, el concepto de la publicación cambió. Me gusta hablar de mi profesión, de mi feminidad y de mi lado sexi que muchos ven y yo he desconocido en mí. Fue difícil no tener la sonrisa que me caracteriza, pero estuvo bien.
SoHo: Suponemos que ha leído lo que aparece en redes...
M. M.: La expectativa que la gente genera en torno al físico de una mujer termina siendo tan superfluo que me he reído con lo que han dicho en redes. Qué bueno que vean la piel, pero también el corazón y el profesionalismo.
SoHo: Se puede ser sexi, profesional, bella y no depender de eso...
M. M.: Sí, esa idea, al igual que la creencia de que el periodismo deportivo es únicamente para los hombres, es hora de enterrarla. Las mujeres debemos cuidar más lo que decimos que cómo nos vemos. La clave es una combinación perfecta de eso para estar más seguras. No renunciaré a mi escote profundo si me queda bien, pero tampoco a mi profesionalismo.
SoHo: ¿Y cómo va con esa faceta que no muchos conocen, la de empresaria?
M. M.: Desde hace seis años tengo mi propia marca de ropa, lleva mi nombre: Melissa Martínez (@mmstorecolombia). Nos ha ido muy bien. Tiene sedes en Bogotá y Barranquilla, pero vendemos a todo el país y al exterior. Es confección nacional, todas las piezas de las colecciones son coloridas y alegres, como yo –dice con su habitual sonrisa–.
Fotógrafo: Ricardo Pinzón
Stylist: Alejandra Muñoz
Productora: Mónica Garzón
Asistente: Lina Villa
Maquillaje: Jose Villada Ayala