Hace tiempo que mi estudio favorito de yoga es esta red social. Ahí he aprendido más en seis meses de práctica diaria que en años de clases inconstantes en vivo.
1. El yoga desnudo es en realidad una manera creativa de hacer posturas sin mostrar algo por lo que puedan cerrar tu cuenta. El perfil más famoso es el de @nude_yogagirl, una modelo que, sin revelar su identidad, combina yoga avanzado con desnudo artístico en escenarios paradisiacos. Tiene más de 800.000 seguidores.
@nude_yogagirl
2. ‘Alien yoga‘ es una tendencia en la que algunos suben videos mientras practican Nauli, un movimiento tradicional del Hatha Yoga. Tras exhalar completamente, se contraen y retraen los músculos abdominales, como si un ‘alien’ estuviera en el estómago.
3. Algunas profesoras certificadas de yoga como @jessicaolie y @nayitavp muestran lo más sexy de la práctica (Nayita se ha disfrazado de Gatúbela y Jessica suele aparecer en topless). Algunos comentaristas caen en el mito de que esa flexibilidad se pone en práctica durante el sexo. ¿En serio piensan que es cómodo hacer un split o un escorpión en plena faena?
4. El Acroyoga es la práctica favorita de las parejas yoguis. En Nueva York es casi una moda que durante primavera y verano salgan al parque para hacer figuras, se toman videos y luego los publican. Hay quienes se han vuelto celebridades en la red por estos posts, como @acrovinyasa y @acrobuddhas.
@acrobuddhas
5. Gana en fotogenia el Aeroyoga, un método que usa un columpio de telas para profundizar la flexibilidad y trabajar las inversiones. La escritora chilena @bertrand_sara lo practica.
6. Los retos de yoga se vuelven virales y animan a la gente a alcanzar un objetivo. Los hay de todo tipo y duración: una semana para trabajar splits, un mes de parada de manos, un año de yoga diario. El más conocido es el propuesto por @cyogalife, una instructora española en Chicago, quien cada mes va cambiando el reto y busca que gente experta y principiante se una a su #AYearOfYoga. Apenas en junio se compartieron por lo menos 11.000 publicaciones siguiendo este reto.
7. Hay algo que yo llamaría el yoga inalcanzable, pero con un mensaje de fondo. Mi favorita es @cuchira, una exatleta olímpica que fusiona la danza con el yoga y que además expone sin pudor su vida personal: habla de su concepto de libertad, de la soledad y hasta de sus rupturas sentimentales desde su relación con el cuerpo y el movimiento. También hace desnudos de vez en cuando, pero les da un sentido: “BeYouTiful”, dice.
8. No hay que ser gimnasta olímpico para hacer poses que tengan el factor ‘wow’ en Instagram. Natalia Vélez-Guerrero (@navegue), psicóloga y triatleta colombiana, creó el grupo #YogaParaMortales, con el que demuestra que cualquier hombre o mujer, sin importar que tenga panza o mala flexibilidad, puede disfrutar de esta práctica. Sus seguidores se conectan por WhatsApp, hacen yoga con sus tutoriales y comparten el progreso con las demás integrantes (tiene un grupo aparte para los hombres, porque son más tímidos).
@navegue
9. Hombres que practican yoga con faldas escocesas es, de hecho, una tendencia en Instagram: #KiltedYoga.
10. Se puede tomar cerveza y hacer yoga al mismo tiempo. Se le conoce como #BeerYoga y nació en Alemania tras una pregunta básica: ¿por qué no juntar dos cosas que nos gustan?
11. No puede faltar el yoga con animales: gatos que no dejan hacer práctica, perros que hacen mejor una pose, balance sobre un caballo. De hecho, hay estudios de yoga en granjas con cabras alrededor para realizar #GoatYoga: promueven la risa, la relajación y el juego en la práctica.
12. Mujeres de talla grande hacen yoga y promueven el empoderamiento femenino y del cuerpo. Como @mynameisjessamyn, una profesora certificada de yoga, de raza negra y talla grande: “Debido a que mi cuerpo físico ha sido fetichizado en cada nivel, hay una parte de mí que siente vergüenza cuando lo mira. Pero, de cierta manera, esto materializa mi poder erótico. Y mi poder erótico no es una fuente de vergüenza, es mi fuente de fuerza”.
@mynameisjessamyn
13. Hay una verdad detrás de cámaras: la arena se mete en los ojos cuando se hace una parada de cabeza en la playa; es difícil conseguir que alguien se ofrezca a tomar una foto de uno haciendo yoga; en los dobleces profundos se salen los gordos y se acentúa la celulitis (la ventaja es que eso deja de importar cuando es más trascendental la respiración); a veces en el encuadre sale la ropa extendida o la puerta del baño abierta; los balances complejos suelen durar un par de segundos, lo suficiente para sacar un retrato, y luego desplomarse de manera poco glamorosa.
*Escritora, yogui amateur.