Que no te pase esto: conoce por qué dan ganas de vomitar cuando entrenas.
Ir al gimnasio puede ser de las mejores decisiones que una persona tome en la búsqueda de tener un estilo de vida balanceado y saludable. Sin embargo, algunas veces suceden situaciones que se convierten en un dolor de cabeza como las náuseas durante el entrenamiento.
Pero tranquilos, no se trata de algo grave. En muchas situaciones en las que se presentan síntomas como náuseas y ganas de vomitar durante el entrenamiento, las razones son fáciles de solucionar y se pueden evitar con pequeñas acciones antes de hacer ejercicio.
Las náuseas se pueden evitar, eso es un hecho. En el mundo del deporte esto puede ser común y se debe a distintas razones, pero que sea común no lo hace normal, por lo que se debe tener cuidado de no caer en una situación que termine siendo más grave.
Con buenos hábitos de ejercicio y una alimentación balanceada, las náuseas durante el entrenamiento no deberían aparecer.
Es importante dejar claro que en caso de que estos síntomas se conviertan en algo cotidiano durante tu entrenamiento es necesario acudir a un médico para mayor seguridad.
¿Por qué me dan náuseas cuando hago ejercicio?
Exceso de comida
Cuando ingerimos alimentos, nuestro cuerpo comienza su normal proceso digestivo, pero en ocasiones lo interrumpimos con intensas rutinas de ejercicio, algo que puede causar, justamente, náuseas en medio del entrenamiento.
Baja alimentación durante el día
Es normal que algunas personas decidan hacer ejercicio en ayunas, pero muchas veces esto provoca síntomas como las náuseas, por la baja en azúcar en la sangre. Es necesario que, aunque sea algo ligero, a la hora de entrenar el cuerpo ya haya ingerido alguna comida. Se recomienda que al menos una hora antes de entrenar el cuerpo reciba alimento.
Deshidratación
Hacer ejercicio significa uso intenso de energía y esfuerzo físico, por lo que necesitamos ayudar al cuerpo a mantenerse hidratado con agua para reponer los líquidos que normalmente se pierden en la quema de calorías. Lo recomendable es mantener una hidratación antes, durante y después de la actividad física.
Movimientos bruscos
Es importante ser cautelosos con los movimientos que realizamos durante las rutinas en el gimnasio, puesto que al ser algunos fuertes y bruscos pueden producir una alteración en el equilibrio y terminar con mareos y náuseas. En el momento en que presentes síntomas similares, puedes hacer una pausa para que el cuerpo vuelva a tener la fuerza y equilibrio necesarios.
*En colaboración con Smart Fit