Así usted sea el tipo más casual del planeta, en algún momento le tocará vestirse elegante, y esos Converse de vieja guardia que tiene desde el colegio no le van a servir. Por eso, acá le mostramos cuáles zapatos usar y cuáles no al momento de ‘disfrazarse’ de hombre fino.
Con los zapatos casuales se vale experimentar y arriesgarse. Pero ojo: los tenis de tela, los ochenteros reencauchados... todos esos que ahora están de moda siguen estando lejos de ser formales, así que, por más que le guste la onda hipster, acá le estamos hablando de zapatos zapatos. (Cómo saber qué jeans debe usar)
Lo que sí puede hacer es variar colores y materiales. Por ejemplo, no tienen que ser de un solo tono: pueden tener un color en la cubierta, otro en la suela y otro en los cordones. La clave está en combinar para que le sirvan en la oficina, en un almuerzo con los nuevos suegros o hasta en un matrimonio casual, de esos que ahora están tan de moda. Ahora, si quiere ir a la fija, busque colores semioscuros, como el beige o el café, que le funcionan con jeans, con pantalones de dril y hasta con un buen paño. (Pintas para un almuerzo dominguero)
Así los use solo dos veces al año, es necesario que tenga unos zapatos verdaderamente elegantes, de esos a los que vale la pena meterles un billetico. Estos son los que va a usar, por ejemplo, en el matrimonio de su amigo millonario con más de 500 invitados —lleno de lagartos—. (Pintas para hacer ejercicio y verse bien)
Eso sí, procure seguir varias reglas. La primera, el mejor color es el negro: es sobrio y elegante a la vez. La segunda, el mejor material es el cuero. Y la tercera, el mejor estilo es el más sencillo: lisos, con algo de brillo —ojo, tampoco como una bola de billar— y con cordones delgados. ¿Que cómo los tiene que cuidar? Nada de un lustrador en la calle. Esos zapatos, por lo general, vienen con un kit para cuidarlos. Úselos y verá que serán los únicos zapatos ultraelegantes que tendrá que comprar.
Como la idea es estar formal y que los zapatos vayan acordes con su pinta, la lista de los que no puede usar es amplia. No se le ocurra ponerse esos mocasines brillantes sin medias que usa para ir a comer en tierra caliente. Tampoco se valen los flecos, taches, lentejuelas, piedras preciosas o similares; seguramente está pensando que exageramos, pero no: los hombres que se ponen zapatos dignos de un vaquero o de un mariachi son más de los que cree. (Pintas para viajar)
Además, procure mantenerse alejado de materiales como el terciopelo, el plástico o la seda. Eso, en un zapato, es todo menos bonito. Ah, y no sobra decirle que las pieles de cocodrilos, tigres o serpientes —sean reales o copias a lo San Andresito— son dignas de multa según el nuevo Código de Policía.