¿Sabía que la marca alemana, conocida por producir algunos de los carros más bonitos y poderosos del planeta, también hace yates? Para la muestra, el espectacular Arrow of the Seas. ¿Tiene unos milloncitos de dólares ahorrados y no sabe qué comprarse? Entonces corra por el suyo, porque solo hay diez.
El diseño les hace honor a los carros de carreras fabricados por Mercedes-Benz en 1930 y guarda las proporciones clásicas de los automóviles más emblemáticos de la marca. Lo más notorio es su silueta gris, que consigue la aerodinámica ideal para moverse rápido, seguro y eficiente en el agua. Aunque apenas tiene 14 metros de largo, aprovecha al máximo las ventajas de ser un yate abierto, pero con la posibilidad de cerrar el casco de la cabina. Mejor dicho, es algo así como un yate deportivo, con todo y techo corredizo.
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El motor cuenta con todas las características de potencia y rendimiento de un deportivo de Mercedes-Benz, y viene con innovaciones únicas de la industria marina: tiene dos turbinas propulsoras y 960 caballos de potencia que le permiten alcanzar velocidades de hasta 40 nudos, o sea, unos 75 kilómetros por hora. Para que se haga una idea, eso es más rápido que la velocidad promedio que alcanza un jet ski de primer nivel. Además, puede cargar hasta 1200 litros de gasolina, lo suficiente para permanecer una semana en mar abierto.
El interior, como no podía ser de otra manera, está plagado de detalles para que todos los ocupantes —le caben hasta diez personas— se sientan en un hotel no cinco sino seis estrellas. Entre otros gallos, el Arrow of the Seas —que traduce “flecha de los mares”— trae asientos de cuero italiano que se guardan para tener más espacio, aire acondicionado en todos los compartimientos, luces led que se ajustan automáticamente a la luminosidad exterior, máquina de hielo, navegación GPS, sistema de audio Bose y hasta su propia cava de vinos.
1,7 millones de dólares
(casi 5000 millones de pesos)