Jacques Anquetil tuvo su primera bicicleta – una Alcyon – a la edad de cuatro años, y hacía salidas a de un kilómetro en ida y otro de vuelta. Su primera victoria fue el Premio Maurice Latour en Rouen, el 3 de mayo de 1951. También consiguió victoria en el Gran Premio de Francia en 1952, el Tour de la Mancha y el campeonato nacional de carreteras del mismo año.
A pesar de que entrenaba poco, no cuidaba su alimentación y tenía una vida privada desordenada, era un especialista en las pruebas contra el crono, lo que lo ayuda a tener una excelente técnica de pedaleo y figura aerodinámica. Gran estratega de carrera.
Rubio, calculador, de mirada fría y distante.
Fausto Coppi
De familia humilde, tuvo su primera bicicleta a los 8 años, que utilizó para trabajar como repartidor de la tienda de comestibles de la población vecina de Novi Ligure, en Italia.
Coppi saltó a la fama cuando consiguió el primero de sus cinco Giros de Italia, en 1940. Victoria que lo convirtió en el corredor más joven en conseguir el triunfo absoluto en el Giro de Italia con 20 años, 8 meses y 25 días, un récord todavía imbatido.
En 1942 estableció el récord de la hora en el velódromo Vigorelli de Milán, dejando la nueva marca en 45,871 km, un récord que resistió 24 años hasta que Jacques Anquetil lo abatiera en 1966.
La Segunda Guerra Mundial truncó su carrera y fue enviado a África con la infantería Divisione Ravenna, donde fue prisionero de los ingleses. Al acabar la guerra, fue liberado en 1945.
En 1959, en una sesión de caza en el Alto Volta (actual Burkina Faso), es infectado de malaria, la cual causó su muerte a los 40 años.
Gino Bartali
Escalador excepcional. De no ser por la Segunda Guerra Mundial, hubiera sido inigualable.
Gino Bartali compitió desde 1935 hasta 1954, con 91 victorias: dos Tours de Francia y tres Giros de Italia.
Nació el 18 de julio de 1914 en Ponte a Ema, Florencia, y murió el 5 de mayo del 2000. Considerado por la sociedad italiana de la época como el ciclista del régimen de Mussolini, quien soñaba con ver a un italiano ganando el Tour de Francia. Todas las esperanzas estaban puestas en Bartali, y en 1936 ya se había adjudicado el Giro y era una celebridad en todo el país.
En el Tour del 1937, en el descenso del Col de Laffrey, cae por un puente y casi le cuesta la vida. Sobrevivió y desde entonces lo llamaría “El Monje Volador”, debido a su devoción y profunda fe católica.
Su mayor rival fue Fausto Coppi, el “campeonissimo”. Ambos ciclistas fueron compañeros y amigos durante años.