Estuvo cerca de que su vida fuera una completamente diferente cuando ya le habían informado que tenía todas las capacidades para ser jugador profesional
La vida de Ricardo Kaká pudo haber sido completamente diferente de lo que es ahora, de no haber tenido algo de suerte cuando tenía tan solo 18 años de edad. El brasileño estuvo cerca de perder la movilidad de sus piernas cuando hacía parte del equipo Sub-20 del Sao Paulo de Brasil y su vida profesional estaba a punto de comenzar. Sin embargo, todo terminó siendo un susto.
En palabras para SoHo, el brasileño contó cómo fue este accidente que, por muy poco, frustra su carrera como futbolista: “Ha sido un momento difícil de mi vida personal. Yo tenía 18 años y estaba jugando con mi hermano en una piscina en Brasil, pero cuando bajé por un tobogán me pegué en la cabeza con el fondo de la piscina y me fracturé la vértebra”, narró Kaká.
Esto generó bastantes dudas en su cabeza, pues “en ese momento me decían que podía ser un jugador profesional y fue un shock, por lo que me preguntaba, ‘¿voy a poder jugar o no?’”, agregó en su relato.
Tan pronto llegó a donde el médico, Kaká recordó: “Mi primera pregunta para el médico fue ‘¿cuándo puedo volver a jugar?’ Él me dijo que era un día de agradecer, porque normalmente, cuando pasa esto la persona no caminar”.
Y agregó: “Fue un momento duro, pero también de crecimiento personal y fe. Pasó en octubre y en enero pude debutar como profesional en Sao Paulo. Fue un período difícil pero especial por este tema de la fe y porque significó el arranque para mi carrera”.
Kaká estaba destinado a ser una estrella mundial en el fútbol y así fue. Tras su debut con Sao Paulo, el brasileño llamó la atención de varios grandes de Europa en tan solo dos temporadas. El Milan fue el primero en apostar en él y allí vivió los mejores momentos de su carrera al ganar la Champions League, el Mundial de Clubes, la Serie A y conseguir el Balón de Oro en el 2007, entre otros trofeos, en los seis años que permaneció en las arcas rossoneras.
Posteriormente, el Real Madrid fue su segunda parada en Europa, donde también consiguió importantes triunfos, pero donde su carrera comenzó a decaer por algunas lesiones. Sin embargo, tuvo la posibilidad de volver al club en el que alcanzó la cúspide, para terminar jugando por un año más en el Sao Paulo y terminar su carrera en el 2017 en el Orlando City de la MLS.
Ahora que mira su carrera en retrospectiva y que ha llegado a los 40 años, Kaká no se arrepiente de nada y, tal y como lo dejó saber, “solo puedo agradecer por mi vida profesional, mi mujer, tres hijos, padres, un hermano de verdad, amigos, 40 años de mucha felicidad, mucho más de lo que podría imaginar. Que vengan otros 40″, le dijo el exfutbolista SoHo.