¿Cuántos no nos hemos preguntado quién habrá podido darse el lujo de estar con la actriz erótica más bella de Latinoamérica? En exclusiva reveló cifras
La ardiente modelo habló en exclusiva con SoHo y nos contó que ha tenido muchísimas ofertas sexuales, sin embargo, ella se considera una mujer muy exigente en ese aspecto.
Esperanza desde muy joven fue una mujer que despertó todo tipo de deseos gracias a su curvatura y belleza natural. Incluso ha sido muy honesta con el tema y ha confesado que cuando era joven un familiar abuso de ella.
No obstante, ese no fue un impedimento para desarrollar su vida sexual conforme ella lo deseaba, siempre se sintió atraída por las revistas donde las mujeres exponían abiertamente su cuerpo.
De pequeña vivió inmersa en las opiniones de sus familiares, según Esperanza, la generación de aquel entonces no les permitían ni siquiera tocarse sus partes íntimas, entonces cuando ella vio que otras mujeres si lo hacían quedó muy sorprendida y desde ahí se le despertó cierto morbo y curiosidad.
Fue entonces cuando su esposo, que en ese momento era su amigo, le mostró las películas porno. Gómez reveló que se emocionó mucho porque ella desconocía todo el mundo del porno, a penas pensaba que únicamente eran revistas.
La joven se quedó con las ganas de grabar su propia película algún día, hasta que le dieron la oportunidad en Colombia y desde ahí, no han parado de llamarla. Obtuvo muchos papeles por muchos años y su pago siempre fue en dólares.
Al dispararse su reconocimiento le empezaron a llegar propuestas jugosas. La sensual modelo nos contó que: “me han invitado todo tipo de hombres y me han hecho cuanta propuesta se les pueda ocurrir. Entre ellos, políticos, cantantes, empresarios, gente común y corriente. He tenido propuestas de todo tipo. Lo que más me llegaron a ofrecer fue...aquí en Colombia, 100 millones de pesos y un ‘narco’ mexicano, 50 mil dólares por una noche”.
Esperanza también nos dijo que aquellos que se lo proponían no le decían exactamente lo que le querían hacer “en la pornografía yo sé a lo que voy o que me ‘van a dar’, porque en el contrato yo digo qué estoy dispuesta hacer y qué no, y lo tienen que cumplir y respetar. Pero con un personaje que te contrata por favores sexuales, si esa persona te quiere asfixiar, aunque le digas que no, el sujeto se va a sentir con el derecho de hacer contigo lo que le da la gana porque la respuesta es PARA ESO TE ESTOY PAGANDO”.
Por eso mismo, la actriz considera que manejar esa situación es complejo. “Soy intérprete porno si me pagan por tener relaciones frente a una cámara, pero no me interesa cobrar por tener sexo fuera de cámaras. Nunca lo he hecho. No lo voy a hacer y no me interesa hacerlo”, concluyó la modelo.