Leyendas del rock, astros del fútbol, celebridades de la política, miembros de la realeza y hasta el papa Francisco: en la ola del cómic biográfico en Estados Unidos hay superhéroes para todos los gustos... y un argentino los ilustra.
“Los cómics biográficos siempre fueron una buena opción cuando salían de manera aislada y sobre íconos determinados, pero hace una década una productora de novelas gráficas apostó fuertemente a eso y se animó a expandir el abanico de opciones”, cuenta a AFP el dibujante Pablo Martinena.
Desde Catamarca, en el noroeste de Argentina, donde vive con su esposa y sus cuatro hijos, está feliz de ser parte de TidalWave Productions, la editorial con sede en Portland, Oregon, que encontró un nicho en el mercado de los ‘bio-comics‘.
"El subgénero surgió en los años 1950 con las estrellas de Hollywood. En los 1980 y 1990 se volcó al mundo del rock and roll, y nosotros lo expandimos a la política, el deporte, la religión, la realeza, el ámbito empresarial, las historias LGBTI", explica Darren Davis, el impulsor de la iniciativa.
¿El secreto del éxito? "Una forma diferente de contar la vida de alguien en una veintena de páginas", dice, orgulloso de que sus libros se publiquen en ocho idiomas, incluidos griego, ruso y chino.
Además, del español, claro, donde en breve estarán disponibles las historias sobre hispanos prominentes en Estados Unidos, como la jueza de la Corte Suprema Sonia Sotomayor y la cantante Selena Gomez.
Para Martinena, Davis es el "director de orquesta", el "inquieto cerebro" que hace que todos se luzcan al final. Con el "escritor estrella" Michael Frizell ya siente que tiene los "motores creativos aceitados", luego de trabajar juntos en varios títulos. Y al dibujante Joe Paradise lo describe como "inigualable".
Martinena acaba de lanzar con ellos tres una historieta sobre James Comey, el exdirector del FBI cuyas memorias lo tienen actualmente sobre el tapete en Estados Unidos por presentar al presidente Donald Trump como un hombre deshonesto y egocéntrico, que usa los métodos de un capo mafioso.
"Me animo a decir que la imagen del señor Comey está brindando muchas sugerencias para futuros relatos de personajes, como James Bond", asegura el artista, que hizo la tapa de este libro de 24 páginas.
Según Frizell, escribir cómics sobre políticos es siempre difícil, porque los personajes suelen estar polarizados. "Veo muchos videos, leo cada entrevista que encuentro y comparo los hechos con al menos tres fuentes", dice a AFP.
Frizell, también poeta y dedicado a la educación universitaria, ya está preparando la secuela de la historieta de Comey, que retratará la elección de 2016 que llevó a Trump al poder y el encuentro del exdirector del FBI con el mandatario.
"Los cómics son un gran negocio hoy en día. Basta con mirar el éxito de las películas de los personajes de Marvel", afirma.
Y destaca la ventaja del formato para atraer lectores que quizás no elegirían conocer la vida de alguien a través de un libro tradicional.
"El cómic es expresión, es una herramienta de lectura, un reflejo de los acontecimientos políticos y sociales de cada década", asegura Martinena, que lee "desde Archie hasta Zatanna" y es un firme entusiasta de las posibilidades creativas y de audiencia que ofrece el género.
Martinena, que ya se aventuró con Nelson Mandela y Margaret Thatcher, pasando por Nancy Reagan, Diego Maradona, Lionel Messi y Prince, también dedicó su arte a la inminente boda del príncipe Enrique con la actriz estadounidense Meghan Markle.
"La popularidad de la realeza británica se actualiza a partir de Diana y sus hijos siguen su ejemplo de estar más involucrados con la gente, ese es uno de los motivos principales de su atracción masiva", señala.
¿Ilustraría la vida de Máxima, la argentina reina de Holanda? "Con mucho gusto", asevera.
Entre otros argentinos que merecen un cómic, menciona al basquetbolista Manu Ginóbili y al tenista Juan Martín del Potro.
"Latinoamericanos hay muchos: Ricky Martin, Shakira, James Rodríguez...", enumera "desde el soleado otoño sudamericano".