Guayacán orquesta, La 33, La Charanga Habanera, Pablo Milanés: todos han tocado en este bar-restaurante que es ya un clásico. Hoy es el lugar perfecto para ir a bailar salsita de la vieja —de la buena— y escuchar lo mejor de la música antillana, el son y el latin jazz. Pero cuando lo fundaron, en 1982, sus dueños buscaban abrir más bien una galería de arte. Tal vez por eso, con el tiempo se convirtió en espacio de intercambio cultural, lugar de encuentro de escritores y artistas, sede de tertulia del movimiento feminista. Ahora, tres décadas después, lo siguen visitando intelectuales, revolucionarios de antes y de ahora, inconformes que recuerdan los buenos tiempos, cuando Héctor Lavoe todavía no era Marc Anthony y Pedro Navaja parecía no haber muerto a bala.
El lugar tiene dos pistas de baile, dos tarimas, una terraza amplia y capacidad para 600 personas. Todo está decorado de rojo, verde y amarillo, y en las paredes rotan cada mes obras de distintos artistas. Otro de sus atractivos es que la cocina está abierta hasta las 2:00 a.m. con carnes a la parrilla, brochetas, mariscos y pescado a la brasa. Como los ritmos, la carta ofrece platos típicos del mediterráneo y el caribe. Y, claro, rones —y mojitos— de los buenos, para que se sienta en el malecón habanero.
Vaya cualquier sábado y seguramente encontrará alguna orquesta tocando en vivo y si no cuenta con esa suerte, puede estar seguro de que el DJ pondrá lo mejor de sonorísima, La charanga New York y orquesta Yambú. Pero no se le olvide: este lugar nunca será un periódico de ayer, así que vaya de una vez a echar paso y no haga más na’.
Un plato: Bastones de mero rebozados con coco rallado en salsa de tamarindo.
Un coctel: mojito Habana Vieja: ron blanco, hierbabuena, limón, azúcar y soda
Precios: cocteles, de $14.000 a $31.000; platos: de $21.000 a $44.000.
Reservas: 2183435
Dirección: carrera 11A n.° 93-42
Horarios: de martes a sábado, desde las 4:00 p.m. hasta las 3:00 a.m. No abre los domingos, a menos que haya lunes festivo.