Conozca cómo se hizo y detalles del avión que tiene la capacidad de llevar a 544 pasajeros en cuatro clases distintas y hasta 3.000 maletas.
"¡Esta cosa es descomunal!"
Así exclama Dallas Campbell, el presentador de la BBC, cuando ve por primera vez un Airbus A380.
No por nada es el mayor avión de pasajeros del mundo.
Mide 24 metros de alto, 80 de ancho y 72,7 de largo, el doble de una ballena azul adulta.
Y con esa envergadura puede transportar a 544 pasajeros en cuatro clases distintas y hasta 3.000 maletas.
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Todo esto lo ha puesto en el punto de mira de los medios de comunicación, quienes le han dedicado decenas de reportajes.
Sin embargo, por mucho que te hayas informado sobre esta monumental aeronave, puede que se te hayan escapado las siguientes curiosidades.
Gimont es un pueblo de poco más de 2.000 habitantes del suroeste de Francia en el que acontece más bien poco la mayor parte del tiempo.
Pero cada dos semanas todo cambia, tal como se puede ver en el primer capítulo de la serie City in the Sky (La ciudad del cielo) de la BBC.
De madrugada, emergen de entre la niebla varios camiones, cargados con piezas enormes, y cruzan con dificultad las estrechas y desiertas calles del municipio.
Son partes de un A380 que se terminará de ensamblar en el la planta que Airbus posee a 40 kilómetros de allí, en Toulouse.
Las alas se fabricaron en Broughton, en el norte de Gales (Reino Unido), el fuselaje en Hamburgo (Alemania) y la cola en Cádiz, en el sur de España.
Todas las partes viajaron los mil kilómetros que distan esos lugares de producción de esta localidad contigua a Toulouse, en la región francesa de Languedoc-Roussillon.
Se hace así porque ningún país pudo hacer frente sólo a los costes de fabricación de este modelo de avión (unos US$16.000 millones) e invirtieron en el proyecto Reino Unido, Francia, Alemania y España.
A cambio, cada país produce una de las partes y todas ellas se ensamblan en el punto medio: en Toulouse.
Lo lógico es pensar que el ensamblaje del avión de pasajeros más grande del mundo involucra tecnología punta y robots de última generación.
Por lo que pocos pensarán que todo se acaba con un gesto que cualquiera podría hacer en su casa: colocar remaches.
El proceso lo llevan a cabo dos empleados: uno coloca los remaches en los agujeros correspondientes desde el interior del fuselaje y el otro los fija con un martillo.
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"Usamos los remaches porque son la mejor tecnología que tenemos", le explica a la BBC el ingeniero jefe de ensamblaje, Jean-François Paul, ante el asombro de la periodista, Hanna Fry.
"A veces lo simple es lo mejor", remarca.
Pero que remachar sea una tarea sencilla no significa que no sea de vital importancia, recuerda el experto.
De colocarse mal alguno de los remaches, el avión podría desgarrarse en el aire.
Como era demasiado caro producir múltiples prototipos físicos del A380, Airbus decidió hacer prototipos virtuales de sus partes clave.
Era algo que no se había hecho a esa escala nunca, y tuvo sus consecuencias.
Al comenzar a fabricar el primero de los aviones, los ingenieros se dieron cuenta que los cables que se había previsto utilizar eran demasiado cortos.
La complicación no fue menor, ya que cada avión contiene 100.000 cables y 40.300 conectores.
Y algo similar ocurrió con las alas que se habían considerado.
Todo ello hizo que el proyecto se retrasara diez años. Y eso, a su vez, multiplicó los costos.
La presentación oficial del Airbus A380 tuvo lugar el 18 de enero de 2005, en un hangar de la línea de ensamblaje final Jean-Luc Lagardère que la compañía tiene en Toulouse.
Para entonces, el presupuesto de US$8.000 que Airbus había fijado en 1994 se había triplicado.
El A380 no sólo es el mayor avión de pasajeros del mundo, es incluso demasiado grande.
Lo es, al menos, para la mayoría de los aeropuertos.
Sólo 20 tienen las pistas de aterrizaje suficientemente largas, la cantidad adecuada de pistas de rodaje —las que permiten conectar las zonas de hangares y la terminal con la pista de aterrizaje— y más de 7.000 metros cuadrados disponibles para aparcar este modelo de Airbus.
Entre ellos se encuentra, por ejemplo, el aeropuerto internacional de Ciudad de México.
En Estados Unidos es donde el A380 encontró más impedimentos para poder realizar sus operaciones.
La Administración Federal de Aviación (FAA), la autoridad de EE.UU. en esa materia, sólo autorizó en principio los aterrizajes y despegues de ese modelo de avión en pistas de 60 metros de ancho.
Y la gran mayoría de las pistas en aeropuertos estadounidenses tiene un ancho de 45, aptas para recibir al Boeing 747.