Todos los directores coinciden en que las películas se logran o se desvirtúan en la sala de edición. No solamente se trata de un tema de elección de tomas sino de un ritmo que permite a la historia contar lo que busca, a los personajes encontrar su norte y engrandecerse o fracasar.
En ciertos momentos se pretende acortar el largo para no cansar durante la proyección o eliminar secuencias para no lastimar a la audiencia, como en la película It (Eso, de 2017), sobre el payaso diabólico Pennywise y de la que cortaron las imágenes en las que el protagonista se comía un bebé frente a su familia. Una escena demasiado gore hasta para los seguidores de ese tipo de cine.
Otros casos, distintos, son los de las censuras, por temas legales o creencias religiosas, que mutilan las producciones buscando ajustarlas a la visión del mundo que en esos tiempos o sectores se tiene. Ejemplos hay muchos, como en la famosa Desayuno en Tiffany’s (1961), de la que se borró la parte donde los personajes de Audrey Hepburn y George Peppard conversan en un bar mientras una bailarina realiza un estriptis que hoy parecería un juego de niños por su inocencia y lo poco que muestra.
De la Espartaco que protagonizó Kirk Douglas y donde Sir Laurence Olivier representó a Craso (1960), solo 31 años después se divulgaron las escenas en las que una conversación de alto contenido erótico entre el personaje de Olivier y su sirviente, durante un baño, se referían al gusto por las ostras y caracoles en una clara alusión a las relaciones sexuales de diverso tipo. Más recientemente, éxitos como la premiada Moonlight (primera cinta sobre discriminación y homosexualismo con elenco y producción totalmente afroamericana) y Llámame por tu nombre fueron vetadas en países del oriente lejano.
En la actualidad, tras conocerse estos cambios, es costumbre que lo eliminado forme parte de las promociones en DVD y Blu-ray.
Chewubacca le arranca un brazo a Unkar Plutt defendiendo a Rey. La escena fue eliminada por Disney que la consideró muy violenta, además para que no se afectara la clasificación de familiar. Esa es solo una de las 20 partes que fueron ‘capadas’ de la cinta de la trilogía, que en su primer corte duraba 2 horas y 40 minutos. Al final, los seguidores de la saga se quedaron con un filme recortado en 24 minutos. La película, que fue nominada y vencida en cinco categorías técnicas de los Oscar 2016, recaudó más de 2.068 millones de dólares en el mundo y además padeció el lastre de la muerte de Carrie Fisher en diciembre del mismo año. Como una medida efectiva para continuar con la historia, el director J.J. Abrams dijo que en el tercer episodio rendiría homenaje a la Princesa Leia. Entonces recurrieron a escenas no usadas, que estaban en el material extra de la versión Blu-Ray, donde el personaje de Fisher aparecía, y que tecnológicamente fueron adaptadas para que la difunta estrella volviera a actuar en El ascenso de Skywalker, estrenada en diciembre pasado.
La más reciente historia del hombre mono tenía un extraño giro, perturbador para la audiencia de los Focus Group que la vio antes del estreno, en 2016. El villano Leo Rom, encarnado por el oscarizado Christoph Waltz, le confiesa a Jane (Margot Robbie) que le atrae lo salvaje de Tarzán. Así que, ni corto ni perezoso, lo besa al encontrarlo inconsciente. La perplejidad de los primeros espectadores obligó a que el director, David Yates, y la producción eliminaran las tomas para que la cinta volviera a ser la conocida, familiar y predecible leyenda del rubio musculoso y buenote criado por chimpancés. Con un costo de 180 millones de dólares, recaudó más de 356 millones, a duras penas pasó el rasero de la crítica especializada y no fue considerada para premio alguno. Hoy, es una de las tantas matatiempo programadas por los canales en las tardes de domingo.
Shakira, al final de la cinta, como una gacela cantante interpreta Try Everything, tema compuesto por Sia y principal de esta producción animada que ganó Oscar y Globo de Oro de 2017 en su género. Un éxito absoluto que costó 150 millones de dólares y recaudó 1.023 millones. La historia sobre predadores y presas que conviven pacíficamente se centra en un zorro que apoya a la coneja policía pues algunas especies de cazadores están recuperando su instinto salvaje. En la versión inicial, Nick, el zorro, no convivía pacíficamente por motu propio sino obligado por un collar que castigaba con descargas eléctricas en caso de que recuperara su deseo depredador. Disney consideró demasiado deprimente ese concepto y la reeditó, dándole otro carácter a las intenciones del protagonista. En la versión doméstica se añadieron algunas de las escenas que no se incluyeron en el corte final y aunque están solamente garabateados y sin colorizar, según los críticos, conservan la magia de esta exitosa animación. Como dato curioso, en la reciente actuación del Super Bowl, Shakira se vistió exactamente igual que Gazelle, el personaje al que da vida.
Esta producción que ganó Oscar al maquillaje en 2017 y que el galardonado Jared Leto consideraba como un paso más en su consagración, hoy es la representación de un Guasón que para críticos y audiencia no alcanza el nivel de otros como Jack Nicholson, Heath Ledger y el más reciente, Joaquin Phoenix. Con un elenco de lujo, que incluye a la nominada Margot Robbie (actriz de reparto por Escándalo), la ganadora de Oscar Viola Davis, Will Smith y Cara Delevingne, por motivos de edición terminó reduciendo casi que a personaje secundario el trabajo de Leto. David Ayer, el director, reconoció que eliminó muchas escenas para conservar la intención inicial de la película y evitar que el largo se convirtiera en la historia del Joker y Harley (Robbie).
Monsieur Toilette es un personaje que no aparece en la cinta que se vio hace tres años, pues su escena fue eliminada. En ella, el despiadado Gastón (Luke Evans) se toma el castillo y se enfrenta a los objetos encantados. LeFou (Josh Gad), cómplice de Gastón, se oculta en el baño y tiene un divertido encuentro con el sanitario embrujado. Postulada a Oscar y Bafta en 2018 por diseño de producción y vestuario, incluye en su elenco a pesos pesados como Emma Watson, Ewan McGregor, Ian McKellen y Stanley Tucci. Su recaudo fue de 1.260 millones de dólares, frente a un costo de 160 y era la más exitosa de Disney, de imagen real, hasta que se lanzó el año pasado El rey León, que la superó en taquilla. Una peculiaridad es que LeFou es abiertamente gay, algo que hizo fruncir el ceño a los censores rusos que pensaron en prohibir su exhibición en el país de Putin y que finalmente legisló que ningún menor de 16 podía verla sin acompañamiento adulto. En Alabama, conservador estado estadounidense, no se presentó y en Malasia eliminaron las connotaciones homosexuales.
La última cinta de esta trilogía erótica –todas dirigidas por James Foley- que puso al mundo a hablar del sadomasoquismo, estrenada en 2018, borró de un tijeretazo la actuación de la ganadora de Oscar Kim Basinger. Ella era Elena Lincoln, quien introdujo a Christian Grey, el protagonista, en el mundo de la dominación y la sumisión consentidas. Sin aspiración a premio alguno, la curiosidad y el escándalo rodearon esta película que convierte al espectador en una especie de voyerista, como en su momento hicieron con mejores críticas otras como Nueva semanas y media (1986) y Bajos instintos (1991). Dakota Johnson como Anastasia, junto a su par, Jamie Dorman (Grey), se convirtió en celebridad al mismo nivel que en su momento tuvieron sus padres, Melanie Griffith y Don Johnson. En cuanto a taquilla, las tres costaron 150 millones de dólares y alcanzaron una gananacia que sumada superó los 1.318 millones; sin duda, un éxito comercial que sacudió la mojigatería generalizada.
Una de las más entrañables producciones de los años recientes, que logra emocionar hasta el llanto con personajes animados pero anclados en la hermosa tradición mexicana del Día de los Muertos, le dio a Pixar el Oscar a mejor largo animado 2018. Y para los habitantes del michoacano Santa Fe de la Laguna, pese al disgusto inicial, ha representado un incremento del turismo y la venta de artesanías, todo por cuenta de doña María de la Salud Ramírez Caballero, la anciana de 106 años en quien se inspiraron los creadores de la abuelita de Coco. Los productores, que según cuentan no pagaron derechos por apropiación o uso de la imagen de la señora –de ahí las molestias-, eliminaron las escenas iniciales donde aparecían bailarines con trajes típicos cantando un tema, bastante flojo y elemental por demás, que a decir de los mismos realizadores parecía más un rito fúnebre que una celebración. Como curiosidad, se ha filtrado que la verdadera ‘Mamá Coco’ está delicada de salud desde noviembre pasado y su médico ha organizado una colecta por redes pues los medicamentos para su recuperación son costosos.
El biopic de Freddie Mercury fue el bombazo de 2018 que costó 52 millones de dólares y superó los 903 millones en taquilla. Pese a todos los tropiezos que durante años tuvo para su filmación –incluyendo cambio de elenco y directores-, le embolsilló a Rami Malek el Bafta, el Globo y el Oscar, además de poner de nuevo en las listas de los más pedidos los éxitos de la británica Queen. En la cinta que todos coreamos, se esfumaron los cuatro minutos de interpretación de Little Thing Called Love, durante las escenas del concierto Live Aid 1985, y el toque de We Will Rock You (están incluidas en las copias de DVD y Blu-ray). La primera en pos de acortar el tiempo y la segunda pues en una escena previa, en estudio de grabación, se ve cómo nació la idea de producir el éxito musical en cuestión. Para algunos espectadores occidentales, la vida del ídolo fue retratada de manera aséptica y rosa, sin los excesos que en realidad lo rodearon. De todos modos, nos podemos dar por bien servidos, pues los casos radicales, esos sí de censura, se presentaron en China, donde cortaron la escena del beso entre Mercury y su novio, Jim Hutton, y editaron un minuto de tomas que trataban el tema del uso de drogas y relaciones homosexuales. Además, durante la transmisión de los Oscar, en el gigante de Oriente tradujeron la palabra gay del discurso de Malek como ‘grupo especial’. En Malasia, para no quedarse atrás, abolieron tres minutos compuestos por 12 escenas que, a decir de un ministro del Gobierno, contenía palabras vulgares y hombres besándose.
A los pasajeros que vuelan por la aerolínea Delta, por lo menos mientras se solucionaba el impase, la directora Olivia Wilde (La noche de los nerds) les recomendó no perder su tiempo viendo su cinta ni la biográfica de Elton John (Rocketman). En noviembre pasado, ella puso el grito en el cielo al percatarse de que no aparecían las escenas lésbicas y se había borrado la palabra vagina en los diálogos de su largo; además, en la otra producción se cortaron las de sexo entre el personaje del cantante británico y su mánager del momento, mutilando la historia y su sentido. Postulada al Oscar por canción original en la próxima entrega y ya ganadora de Globo de Oro a mejor actuación masculina en comedia o musical para Taron Egerton, la biopic de John y la dirigida por Wilde serían recompuestas según compromiso de los directivos de la empresa aérea. Entre tanto, otras compañías como Etihad y Emiratos Árabes no se acogerán al reclamo y seguirán presentando las versiones editadas.
Con 11 nominaciones al Oscar, la profunda y completa actuación de Joaquin Phoenix es un regalo para los cinéfilos y un premio a toda su carrera, pues ya se alzó con el Globo, el Bafta, el SAG y hasta el León de Oro en Venecia. Dificilmente le arrebatarán el premio mayor en la gala de Hollywood. Una de las escenas eliminadas y que se han filtrado en redes, muestra a Arthur Fleck, su personaje, discutiendo con Randall (Glenn Fleshler) en un sucio callejón y después de que lo despiden. Esa toma marcaría el comienzo de la explosión psicótica que va dejando una estela de muerte a lo largo de la cinta. Otras secuencias, también descartadas, muestran diversas entradas de Fleck al Show de Murray (personaje de Robert De Niro) y antes de asesinar al presentador frente a las cámaras y en televisión abierta. Una anécdota, contada por Todd Phillips, el director, asegura que tras cometer varios crímenes y refugiarse en un baño público, el Guasón entraba en pánico, escondía el arma y se quitaba el maquillaje mientras se preguntaba ‘¿Qué he hecho?’. Tras mucho discutir y sentir que eso no retrataba al personaje, Phoenix improvisó el segundo baile que vemos en el filme y que es fiel a la adrenalina y el poder que Fleck experimenta al sentirse por primera vez dueño de su destino.
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