El buen ladrón
Bergoglio le roba a un muerto
que velaba, el crucifijo;
y dicen que lo bendijo
el difunto boquiabierto.
El papa cuenta el entuerto,
con su gesto socarrón,
y convierte en bendición
lo que es desliz para el bobo,
pues en virtud de aquel robo
el papa es el buen ladrón.