El ídolo del ciclismo italiano cumple 19 años de fallecido, sin que aún se resuelva el misterio de su muerte.
Para hablar de Marco Pantani hay que remontarse a la era dorada de la década de los 90, cuando el ciclista italiano apodado Il pirata, por su cabeza completamente calva y su inconfundible bandana, se coronaba rey del Tour de Francia y del Giro de Italia en 1998.
Sus 1,72 metros de altura y 57 kilos de peso fueron la sensación en las competencias de ciclismo en Europa. Su forma de alentar a los que lo veían volar en su bicicleta, su irreverencia y rebeldía, lo convirtieron en el ídolo de quienes seguían las carreras más importantes del ciclismo de aquellos años.
Sin embargo, la magia y el sueño se acabaron de tajo el 14 de febrero de 2004. El pirata que escalaba como ninguno en las competencias, fue hallado muerto en la habitación del hotel Le Rose, considerado de “mala muerte” en la localidad costera italiana de Rímini. Y qué mala muerte podría ser la noticia del fallecimiento del fantástico escalador. ¿La causa? Esa es una pregunta que aún sigue en duda.
Por aquellos días se dio a conocer que la razón de su muerte fue un paro cardíaco causado por un edema pulmonar. Luego, en un informe que salió algunas semanas después del hecho, se dio a conocer que el gran Patani había muerto por una sobredosis de cocaína. Una sustancia que no era ajena a Il Pirata, desde que en 1999 apareció en su su vida.
Existe una tercera causa que los informes no han revelado, pero que su madre, Tonina Pantani, asegura que es la realidad de lo ocurrido con el campeón. La mujer señaló que a su hijo lo mataron y lo obligaron a tomar cocaína disuelta en agua. Tal fue su teoría que en 2014, 10 años después de la muerte de Pantani, la mujer logró reabrir el caso al ser aceptada su tesis y hasta ahora el misterio persiste.
Aunque existen tres teorías, ninguna ha sido contundente ni concluyente sobre la muerte del ciclista. Y es que hay varios factores en este misterio sin resolver. Por ejemplo, los golpes que aparecieron en su espalda, las tabletas de antidepresivos en la habitación, las llamadas a la recepción sin responder, 25 minutos faltantes en los videos de seguridad, un positivo en las pruebas antidopaje que en 2016 se oficializó que fue alterado o las misteriosas chaquetas de esquiar halladas en donde fue hallado muerto cuando se supo que él había llegado al sitio sin equipaje.
Casi dos décadas después de su muerte y sin que aún se establezca si la mafia o una red de apuestas estuvo detrás de su muerte, por el caso han sido condenadas algunas personas señaladas del delito de “homicidio imprudente” pero por haberle proporcionado cocaína. Entre ellas, están dos traficantes italianos, Ciro Verenuso y Fabio Miradossi, como también el ciudadano peruano Ramírez Cueva.
El Pantani santandereano
Pantani es uno de los referentes más importantes del ciclismo en la historia. Sus triunfos, sus escándalos y su forma de pedalear quedaron escritos en la historia. Por esta razón, tiene numerosos monumentos y admiradores alrededor del mundo.
Decir que es alrededor del mundo es literal. Un ejemplo de esto es el Pantani santandereano. En este lado del mundo, en Bucaramanga, hay un hombre que puede ser considerado la rencarnación del Marco, es idéntico. Revista SoHo habló con él y su gran parecido al fallecido ciclista. Su nombre real es John Eduard Rodríguez, pero todos lo conocen como ‘Pantani Santanderano’.
Con gafas sobre su cabeza completamente calva, su traje rosado con patrocinadores nacionales, su delgada contextura que recuerda al hombre de esta historia, y una bicicleta con los famosos colores azul y amarillo como insignia de los que conocen a Pantani.
“Pantani fue el mejor escalador del mundo, hasta el momento, nadie lo ha superado. Pantani fue inmortal, rompió todos los récords con una cicla mucho menos avanzada, nadie fue capaz de ganarle”, aseguraba este hombre montado en su bicicleta Bianchi que no es marca Bianchi.
“La réplica perfecta solo está por Dios, pero aquí yo lo trato de imitar. Mi ciclita no es original Bianchi, pero la pinté. Tengo unas zapatillas parecidas, pero lo más importante es que lo tengo aquí en el corazón. Como me dicen que me las creo, entonces me las creo”, continuaba este personaje.
El primero que le dijo que se parecía fue su padre, Ramon Gómez, quien también estuvo en el ciclismo. “Yo no lo concia muy bien ‚ero cuando estaban dando el memorial y me dijeron ‘mírenlo, es la replica exacta’ y ahí fue que nació Pantani Santandereano”. El descubriendo fue hace poco más de dos años y tras pensionarse de la Policía encontró, como él mismo dice, un “estilo de vida” sobre la bicicleta.
El mausoleo
En Cimitero di Cesenatico, Cesenatico, Italia se encuentra el mausoleo de Pantani, el hombre que murió dos veces: la primera muerte fue cuando fue expulsado del Giro en 1999 por haber encontrado sustancias en su sangre, y la segunda fue en hotel en donde encontraron su cuerpo sin vida.
Con el tiempo, la leyenda que era en vida se convirtió en la de su misteriosa muerte y sus aficionados se convirtieron en prácticamente una religión. Millones de personas lo adoran alrededor del mundo como si de un dios se tratara. Viajan de todas partes del mundo a dejarle ofrendas y mantener viva su memoria.