Así se vive una de las fiestas más lindas del fútbol español.
No son los clásicos a los que uno está acostumbrado. Empezando porque no se les conoce con ese nombre. El Gran Derbi Sevillano no se vive solo en la cacha, la capital andaluza se viste de fútbol al menos dos semanas cuando uno de los encuentros más tradicionales del balompié español se lleva a cabo.
Sevilla es una ciudad que respira pasión, una pasión que da cuenta de ese espíritu arrebatado andaluz con el que se viven las tradiciones. Es un grito que sale de las entrañas para defender desde el alma su historia y es así como se vive el fútbol sevillano. Pertenecer a uno de los dos equipos más representativos de la zona es como una religión que se vive entre familiares, amigos y vecinos.
El día que se juega el Gran Derbi entre el Sevilla FC y el Real Betis no se habla de nada más. Varias horas antes del pitazo inicial, las calles alrededor del estadio, revientan de verde o rojo, dependiendo el caso, pero solo de un color. Esa es una de las cosas que más llama la atención cuando llegas de visita y coincides con una de estas fechas.
Hay fiesta, hay alegría, hay baile, hay fuegos artificiales. Toda la ciudad está volcada al encuentro deportivo, pero en las calles y alrededor del estadio del equipo local solo se ve el color de la casa. Por tradición, los rivales no van al escenario deportivo del local.
Como pasa en los eventos masivos, la emoción que se siente entre la multitud se apodera de quienes están allí, es por eso que el fútbol afuera de las canchas muchas veces genera temor. Ese susto de no saber cómo puede llegar a reaccionar la masa. Pero durante uno de estos tradicionales encuentros, esto no pasa.
Es tal vez una de las cosas que más sorprende a los turistas. A pesar de que son miles los hinchas apostados en las calles esperando ansiosos el encuentro, nunca se pierde el control. No al menos entre rivales que puedan poner en peligro la vida del otro. Lo primero que puede uno imaginarse es que es apenas lógico que no haya desmanes si solo hay hinchas de un solo equipo, pero no, aunque no es lo que se acostumbra, sí puedes llegar a ver a algún hincha del otro equipo acompañando a sus amigos o familiares.
Sin temor, puede vestir la camisa del equipo adversario y estar sentado entre miles de hinchas del rival.
Y es que aunque la rivalidad entre Real Betis y Sevilla FC va más allá del campo de juego, nunca trasgrede al otro. Es por eso que puede llegar a ser una de las más bellas experiencias para los aficionados al fútbol. El Gran Derbi Sevillano es un ejemplo de que se puede defender un equipo con pasión y vehemencia, sin necesidad de acallar los gozos de esta fiesta que siempre se vive en paz.
¡Larga vida al Gran Derbi Sevillano!