El jugador de la NFL sufrió un paro cardíaco en pleno partido.
El pasado lunes 2 de enero se llevaba a cabo un partido de la Liga Nacional de Fútbol de Estados Unidos entre los Buffalo Bills y Cincinnati Bengals cuando el jugador Damar Hamlin, de 24 años, se desplomó en medio de la cancha.
Tras chocar con un rival durante el primer cuarto del encuentro deportivo el joven cayó al suelo. De inmediato, recibió atención medica durante 30 minutos y después fue trasladado al centro medico más cercano. El partido fue suspendido aproximadamente una hora después de lo sucedido.
De acuerdo con un comunicado emitido por Buffalo Bills, el joven sufrió un paro cardíaco, pero sus signos vitales fueron restablecidos en el campo, previo a que el deportista fuera trasladado al hospital.
“Damar Hamlin sufrió un paro cardíaco luego de un golpe en nuestro juego contra los Bengals. Su ritmo cardíaco se restableció en el campo y fue trasladado al Centro Médico de la UC para más pruebas y tratamiento. Actualmente se encuentra sedado y en estado crítico”, escribieron en su cuenta de Twitter.
Por su lado, Jordon Rooney, amigo y representante de Hamlin, informó que: “sus signos vitales han vuelto a la normalidad. Lo han dormido para ponerle un tubo de respiración en su garganta. Actualmente se le siguen aplicando pruebas. Les daremos más actualizaciones en cuanto sea posible”.
La Asociación de Jugadores de la NFL (NFLPA) expresó lo siguiente: “la NFLPA y todos en nuestra comunidad están orando por Damar Hamlin. Hemos estado en contacto con los jugadores de los Bills y los Bengals, y con la NFL. Lo único que importa en este momento es la salud y el bienestar de Damar”, señaló el sindicato.
El partido se desarrollaba con normalidad cuando Hamlin recibió un golpe en el pecho de Tee Higgins, el receptor del equipo contrario. El joven se puso de pie y segundos después se cayó de espaladas. Todos los jugadores se reunieron a su alrededor a rezar por él mientras lo atendían en el campo.
Damar recibió reanimación pulmonar y oxigeno. Sus compañeros no dejaban de orar y de llorar por lo que estaba pasando. Una vez lo establecieron, fue llevado al hospital, en donde está en la UCI y se esperan noticias de su evolución.
La situación reavivó la discusión de los riesgos del deporte más famoso de Estados Unidos, pues la agresividad del juego hace que los jugadores estén expuestos a fuertes golpes y posibles lesiones en el campo.