El capitán azul, David Macalister Silva, envió un valioso mensaje para “sentar un precedente” frente a la violencia en el fútbol. ¿Qué fue lo polémico que dijeron los demás?
El penoso episodio vivido en el estadio Manuel Murillo Toro de Ibagué, donde un hincha agredió al mediocampista de Millonarios, Daniel Cataño, quien le respondió con otro golpe, dejó en evidencia una charla en la que intervinieron jugadores y el técnico de Millonarios mientras se definía si se jugaba el partido.
El árbitro Wilmar Roldán, quien ya le había sacado la tarjeta roja a Cataño, dialoga con los jugadores de Millonarios que empiezan a decir que no jugarán el partido en el estadio de Ibagué. Roldán está acompañado del coronel de la Policía, quien según él es el jefe de seguridad del estadio y le ha garantizado que el partido puede desarrollarse en calma.
“Acá hay 20 o 25 mil hinchas y solamente uno entró. Revisamos cómo entró él, no entró con un arma cortopunzante ni nada de eso”, asegura Roldán en medio de la charla que tiene con Alberto Gamero, director técnico y David Macalister Silva, capitán de Millonarios.
En esa conversación, Silva pronuncia las palabras que quizá más han destacado los hinchas por la reflexión que hace. “Nuestra seguridad está por encima de cualquier cosa. Tenemos que sentar un precedente para que nos eduquemos como sociedad y entendamos como sociedad que nos tenemos que cuidar. Es un tema de solidaridad”, asegura el futbolista mientras habla con el juez central.
Mientras Roldán trataba de convencer a los azules de jugar, intervino Gamero en contravía de lo que planteaba su capitán. “Vamos a jugarlo. Pero para ser solidarios con nuestro jugador, que él juegue”, le pide al árbitro que anule la roja, ante lo cual responde: “No profe, entro en contravía de las reglas de juego y eso no lo puedo hacer”.
Finalmente, los jugadores de Millonarios abandonaron la cancha sin jugar el partido y sin que se conociera si ellos serán sancionado por hacerlo, como seguramente sí ocurrirá con el estadio Manuel Murillo Toro de Ibagué, donde desde las tribunos algunos aplaudieron el vergonzoso hecho de violencia.
A la salida del estadio, el bus en el que salían los jugadores de Millonarios fue atacado con piedras y según se conoció a través de Twitter, uno de los vidrios alcanzó a romperse causando heridas leves en Juan Pablo Vargas.