El color dorado del balón con el que se definirá el nuevo campeón es un guiño al trofeo que quieren levantar Messi y Mbappé. La tecnología seguirá siendo protagonista para definir jugadas milimétricas con la posición de la pelota.
Como ocurrió en Rusia 2018, esta vez también hubo cambio de balón para la gran final del Mundial, que disputarán Argentina y Francia el 18 de diciembre en el estadio Lusail de Doha. ‘Al Rilha’, el nombre inicial de la pelota de Qatar fue reemplazado por ‘Al Hilm’.
El nombre del nuevo balón traduce en árabe ‘el sueño’, siguiendo también la misma línea del Mundial anterior, cuando al Telstar se le añadió la palabra ‘mechta’ que en ruso significa lo mismo. Pero lo único parecido de los dos son los nombres, porque la tecnología este año en Qatar ha sido superior.
El ‘Al Hilm’ mantendrá el uso del “balón conectado”, la tecnología que ayuda a determinar rápidamente el fuera del lugar semiautomático, que padeció particularmente el finalista Argentina en su primer partido cuando cayó derrotado frente Arabia Saudita, después de que le anularan tres goles, dos de Lautaro Martínez y uno de Leo Messi.
Esa misma herramienta es la que les permite a los árbitros y al VAR determinar si el balón pasó la línea de gol o si salió definitivamente de la cancha, como sucedió en una polémica jugada del partido España vs. Japón en la fase de grupos cuando Mitoma lanzó el balón para el gol de Tanaka, el balón, apenas por unos milímetros no había salido y eso lo concluyó la tecnología.
En la evolución del balón de Qatar 2022 otras de las particularidades son los colores, comenzando con su entorno que pasa de ser blanco a dorado, como una alusión al trofeo de la copa del mundo que será entregado por la FIFA a los campeones este domingo, así mismo, hay tonalidades de rojo y negro, como un guiño al país anfitrión.
“Al Hilm representa un rayo de luz sobre el poder del deporte y el fútbol para unir al mundo. Millones de personas se conectarán desde casi todos los países del mundo, unidas por su pasión, por el juego”, explicó Nick Craggs, gerente general de Adidas Football.