El ahora capitán de la Copa Davis, luego de una exitosa carrera como tenista profesional, sigue trabajando para darle un impulso a las nuevas generaciones del tenis colombiano y que estos puedan convertirse en la cara de este deporte en el futuro
Era un sábado 21 de junio de 2010 cuando el tenista colombiano, Alejandro Falla, se jugaba uno de los partidos más importantes de toda su carrera. El escenario no podía ser otro que la catedral del tenis en Wimbledon y el rival, nada más y nada menos que uno de los mejores jugadores de toda la historia, el suizo Roger Federer. El sorteo del tercer Grand Slam de la temporada había puesto a ambos jugadores a enfrentarse en la primera ronda de un torneo en el que el Su Majestad buscaba revalidar el título obtenido en 2009 y alzar su sexta corona.
Los nervios estaban a flor de piel. En Colombia, por un día, Federer dejó de ser el favorito y, aunque había quienes aseguraban que sería un partido de ‘trámite’ para el suizo, Falla estuvo a una pelota de dar el batacazo en el césped sagrado y ser la portada de los primeros medios deportivos del mundo entero.
Sin embargo, al tenista colombiano le quedó faltando el centavo para el peso. Luego de haber ganado los dos primeros sets y tener la posibilidad de servir para ganar con el marcador 5-4 a su favor, al nacido en Cali, Valle del Cauca, le faltó tener algo de cabeza fría y estar más concentrado en su juego que en cerrar el partido. Al final, Falla terminaría siendo superado con un marcador de 5-7, 4-6, 6-4, 7-6, 6-0 en un partido que duró más de tres horas.
La experiencia que le había dejado jugar contra Federer, diez años después de su debut como profesional en el 2010 y a sus 27 años, le permitió tomar mucha más confianza en su juego y darse cuenta de todo el talento que tenía, además de demostrarle a todo el país que el tenis colombiano estaba en buenas manos.
Falla comenzó a jugar desde que tenía tan solo 6 años. Su padre, Jorge, quien era entrenador de tenis y trabajaba para el Club Campestre de Popayán, fue quien le transmitió la pasión por este deporte por el que se declaró un ‘enfermo’, ya que no había día en el que no quisiera estar metido en una cancha de tenis. Y, sin duda, sí que lo demostró a lo largo de los 28 años que duró su carrera como deportista.
Dos años después de aquella derrota en Wimbledon contra Federer, Falla se disparó y, poco a poco, consiguió meterse entre los mejores 50 jugadores del mundo en la clasificación ATP en el 2012, al ubicarse en la casilla 48, no sin antes haber demostrado todo su talento en la edición de Roland Garros 2011, cuando arribó hasta los octavos de final y consiguió su mejor actuación en un torneo de Grand Slam.
El tenista caleño ya era un rival a temer y así lo demostró venciendo a jugadores top 10 como Nicolái Davydenko (Wimbledon), John Isner (Wimbledon) y Mardy Fish (Australia), así como a Tommy Haas (Masters 1000 Miami); igualmente, llegó a la final del torneo de Halle en 2014, donde se reencontró con Federer, quien volvería a ganarle en un apretado partido que terminó con un marcador de 7-6 (2), 7-6 (3).
Ocho años después de aquel partido en el que pudo convertirse en la bestia negra de Federer, Falla tomó la decisión de retirarse de las canchas y comenzar a jugar un partido completamente diferente luego de cerca de tres décadas en el circuito profesional, el del retiro.
El anuncio llegó en medio de lágrimas el 25 de enero del 2018. Y cómo no si es que el tenis había sido su vida entera. Sin embargo, con el pasar de los años, las lesiones comenzaron a aparecer y ya no estaba en condiciones de dar lo mejor de sí mismo en la cancha, algo que no lo tenía para nada conforme, además de querer disfrutar de su familia.
A partir de ese momento, luego de viajar por todo el mundo representando a Colombia en los diferentes torneos que jugó el extenista, quien vivía en Medellín al haberse casado con la paisa Carolina Zuluaga, tomó la decisión de mudarse a Rionegro, donde se juega uno de los partidos más importantes de su carrera en el ámbito deportivo, el de ser entrenador de tenis en el Centro Deportivo Alejandro Falla y, además, el capitán del equipo de Copa Davis del equipo colombiano.
“El día después de retirarme me quité una carga de encima, porque si bien el tenis ha sido mi vida, cuando me retiré ya estaba un poco cansado de una carrera larga en la que tuve muchas lesiones y al final no la estaba pasando tan bien”, le dijo el extenista a SoHo.
Sin embargo, cuando el deporte y, en su caso, el tenis se lleva en la sangre, no es fácil dejar de lado esas sensaciones de querer volver a tener una raqueta en la mano y pisar una cancha.
A Falla, quien ahora es embajador de la marca deportiva Fila, nunca se le pasó por la cabeza volver a competir, pero sí hacer algo por el futuro del tenis colombiano. Esto lo llevó a ponerse una vez más el overol de trabajo, pero para formar a la nueva generación de tenistas colombianos: “Quería aportarle al deporte colombiano toda mi experiencia y que no se quedara divagando, sino poder aportar a los más jóvenes todo lo que me dio el tenis y que tengan la posibilidad de vivir lo que yo viví”, aseguró el colombiano.
Hoy en día, el extenista colombiano vive feliz y rodeado de montañas en Rionegro. Allí pasa la mayor parte del tiempo en su centro deportivo, el cual cuenta con canchas de tenis y de pádel, “un deporte que está revolucionando aquí en Colombia los deportes de raqueta y Medellín es pionero en este deporte en el país y es algo de los que va a dar mucho de qué hablar en los próximos años”.
“La relación entre el tenis y el pádel es muy fuerte, porque la gran mayoría de los mejores padeleros vienen, generalmente, del tenis y esperamos que podamos influir en deportes nuevos, sin dejar de lado el tenis en el que puedo aportar toda mi experiencia”, dijo sobre ese objetivo que se ha marcado.
Alejandro, si bien ahora tiene más tiempo para dedicarle a su familia, sigue soñando con que más tenistas colombianos puedan experimentar lo que él vivió durante sus 28 años como profesional. Es por esto que también intenta mantener una buena relación con la marca con la que ahora es un embajador: “La alianza con marcas es muy importante porque el deporte de alto rendimiento es muy costoso, por lo que se viaja tanto, pero cuando uno tiene una marca buena detrás significa que uno es bueno y eso genera mucha confianza”.
Junto al también extenista colombiano, Carlos Salamanca, ambos tienen la intención de sacar jugadores que el día de mañana sean los que representen a Colombia en el circuito ATP y hacer del deporte, con el apoyo de las diferentes marcas, “un vehículo para que la juventud no solo pueda llegar a ser profesional, sino también a que salgan de cosas malas, porque el deporte es vida y salud, y ese es el granito de arena que queremos poner en el país”.
La vida de Alejandro es un ejemplo. Su vinculación con el tenis ha sido clave para que el país haya dado un salto de calidad y que en torneos como la Copa Davis, Colombia sea un rival de peso, pues como capitán, además de estar en constante contacto con los jugadores, siempre tiene la mirada puesta en las nuevas generaciones para transmitirles todo su conocimiento y “trabajar para que no haya un bache tan grande como cuando yo empecé a jugar, sino que siempre Colombia tenga representantes en los torneos más importantes”.
El camino que ha recorrido Alejandro en el tenis lo ha convertido en un gran referente de este deporte que le dejó una gran cantidad de valores como la disciplina, la responsabilidad y el de siempre estar dispuesto a dejarlo todo en lo que se esté haciendo “con la mejor actitud”.
Doce años después de aquel partido en el que estuvo a un punto de vencer a Federer en un escenario soñado por cualquier tenista, Falla no duda que Colombia tiene de dónde aferrarse para que el día en el que vuelva a presentarse la oportunidad de que un tenista colombiano se vea en la misma posición que él, no se le queme el pan en la puerta del horno: “La técnica es clave porque es lo que marca la diferencia, pero también un jugador debe estar dispuesto a querer dar el 100 % y a no quejarse”, palabras sabias de un tenista que sumó una gran cantidad de triunfos a lo largo de su carrera y quien, además, tuvo sobre las cuerdas a Su Majestad.