Nada más emocionante que el sonido de un LP en un tornamesa, allí con la ayuda de una aguja cada acorde musical hace vibrar el alma. Le contamos cómo está esa apasionante industria musical, desde los vinilos, los tornamesa y sus tiendas.
Nostalgia es la palabra exacta para describir a los vinilos, tapes y por qué no también a los CD. Gracias a la llegada de lo digital, coleccionistas vieron en riesgo uno de sus gustos más preciados y muchos llegaron a pensar que este formato desaparecería para siempre, por eso atesoraron sus joyas llegando a ocupar un lugar importante en sus casas.
Y es que, para muchos, llegar a casa y sentarse en el piso por horas a escudriñar en sus vinilos es uno de los mayores placeres que un formato digital nunca podrá proporcionarle a los melómanos.
Dennis Murcia, coleccionista de vinilos por más de 30 años, cuenta que desde muy niño encontró en este formato la mejor manera de disfrutar de la música. Hoy en día tiene más de 1000 LP, casi 800 discos compactos y unos 120 casetes. Asegura que su pasión la heredó de su padre, quien tenía un equipo de sonido con casetera y podía grabar los LP en este formato. “Me emocionaba mucho grabar en casetes y hacer mezclas. Me fascinaba conectar esos aparatos, pero mi papá se ponía muy bravo, luego se dio cuenta de que los trataba con mucho cariño y me dejó usarlos”.
Pero no sólo el papá de Dennis lo llevó por este camino, también su hermano. “En mi casa había muchos discos, entonces me tocaba esperar para escucharlos. Con mi papá y mi hermano nos turnábamos, como yo era el menor me tocaba escuchar la música en la madrugada con unos audífonos”.
Murcia aprovechaba cuando su hermano se iba a dormir para sacar los discos de Queen y de otras tantas bandas que tenían en su casa. “Me encantaba sentarme horas en el piso e ir mirando los trabajos de los artistas, yo leía todo lo que venía dentro del LP, tiempo después empecé a ver las bandas en los stands y reconocía que esas eran muchas de las bandas que yo escuchaba cuando niño con mi hermano”.
“Yo me acuerdo que uno de los primeros LP que compré fue uno de Kiss, Dinasty, me fui a mi casa feliz, no recuerdo cuánto me costó porque eso fue hace muchísimos años”, cuenta Dennis al preguntarle por la compra de sus primeros discos.
Asegura que lo más caro que ha pagado por un vinilo han sido 50 dólares (200 mil pesos), debido a que cuando los adquirió no costaban tanto como hoy en día. Y es que entre su colección tiene verdaderas joyas, como la primera edición de Black Sabbath con su trabajo homónimo que registra en la página de Discog un precio mayor a los mil dólares (más de cuatro millones de pesos).
Dennis tiene tantas joyas en su colección que asegura que no se atreve a hacer una suma de cuánto tiene en música, pero que sospecha que son varios millones de pesos. “He sacado cuentas alegres, de que tengo en mi colección como unos 50 000 dólares (200 millones de pesos), Vale la pena resaltar que yo no pagué por eso en su época, eso es lo que puede llegar a costar mi colección, pues con el tiempo han venido subiendo los precios”, relata mientras mira su colección. Además aclara que su música se encuentra en perfecto estado y esto hace que sea muy valiosa.
Y es que Murcia es un melómano de tiempo completo, entre su colección se encuentra música desde Motörhead hasta el primer trabajo del Binomio de Oro.
Para saber el valor en el mercado de un vinilo, CD o casete, existe una página web llamada Discogs que es considerada por muchos la Biblia de los discos. Allí la persona pone la referencia y con este dato arroja el precio real en el mercado.
Irse a vivir en pareja puede llegar a ser uno de los dolores de cabeza más grande para un coleccionista, puede que a la otra persona le moleste tener esa cantidad de música en la casa o que, en el peor de los casos, se apropie de muchas de esas joyas. “Cuando me casé yo tenía una gran colección de discos y a ella no le gusta debido a que ocupaba mucho espacio. Tuvimos esa discusión muchas veces y siempre le dije: todo es nuestro menos mi música, es sólo mía, yo vengo con esto y es parte de lo que yo soy”, cuenta Dennis.
Otras de las dificultades de un coleccionista es conseguir un espacio grande donde pueda reposar de la mejor manera toda su música. Muchos tienen un cuarto especial o una sala grande, donde no solo ellos, sino sus invitados se puedan sentar en el piso y sacar los LP uno a uno para así disfrutarlos. Ese lugar es el corazón de la casa de todo coleccionista, es su templo.
Una de las cosas que más mortifica a los coleccionistas es pensar qué pasará con todas su música el día que no estén. Jean Anderson, un coleccionista que vive en Colombia y que tiene cientos de discos compactos y LP, dice que le duele mucho pensar en eso porque “nadie valorará lo que tengo y tampoco le dará el significado que eso le ha dado en mi vida”.
En el caso de Dennis, que tiene hijos, se ha encargado de pedirle a ellos que por nada del mundo vayan a regalar su música y que tampoco la vendan en masa en una tienda. “Uno de mis hijos ha comenzado a sentir gusto por coleccionar y acaba de comprar un toca discos, eso me agrada”.
Vale la pena resaltar que no todos los discos son caros, hay unos que son de colección así como hay otros que no, debido a que salieron muchas réplicas, entonces no cuestan tanto.
Para Dennis, que no solo es coleccionista, sino que trabaja en una disquera importante de Colombia, estos formatos regresaron para quedarse por mucho tiempo; es más, asegura que se quedarán por siempre, pues las ventas de este formato han aumentado desde el 2005.
Para muchos coleccionistas la llegada de lo digital, que amenazó con acabar lo análogo, ocasionó que su pasión fuera objeto de burla, pues varias personas los miraban como cavernícolas, ya que el mp3, los iPod, YouTube y otras plataformas eran lo que estaba de moda. Sin embargo no es lo mismo acumular cientos de gigas en música o links que tener un formato en físico. “Lo digital es muy frío, es conveniente”, dice Dennis.
“Yo creo que muchas personas volvieron al LP en parte por nostalgia, a la gente le parece muy interesante que uno pueda poner una aguja y que de allí salga un sonido. Tanto archivo digital le quitó valor a la música. Cuando la gente tiene un producto físico siente una mejor conexión con el artista. Siempre lo he dicho: lo digital es lo conveniente, pero lo físico es la experiencia”.
Para poder disfrutar de un buen vinilo el tocadiscos es muy importante, por eso es recomendable investigar. Los precios varían en el mercado dependiendo los modelos y su capacidad. La Vitrola es un tocadiscos no tan costosos y que pueden ser un buen inicio para aquellos que están comenzando a coleccionar. Sin embargo, varios coleccionistas que SoHo consultó no lo recomiendan, pues lo consideran como un juguete para alguien que tiene muchos vinilos. Coleccionar este formato es un vicio, por ende, se recomienda tener un buen equipo.
Hay tocadiscos que pueden llegar a costar hasta 1.300 dólares (más de cinco millones de pesos), aunque también existen unas versiones medias de un millón de pesos. Aunque muchas personas no se deshicieron del viejo equipo de sonido, varios coleccionistas aseguran que esos también son de los mejores para disfrutar de un vinilo.
Tenga en cuenta que no sólo el tocadiscos es importante, también la aguja y la limpieza de los discos. Evite que estos elementos se llenen de polvo, pues esto deteriora los vinilos.
En Estados Unidos varias tiendas que estaban cerrando volvieron a tomar fuerza y en nuestro país de seguro pasará lo mismo. Dennis Murcia, coleccionista y desarrollador de talentos internacionales de Codiscos, nos contó que ya se está pensando en volver a abrir estas tiendas. De hecho, hace poco se lanzó al mercado una colección de vinilos del Grupo Niche, de Kraken, Ekimosis y el Binomio de Oro. Es más, hasta los Canticuentos se han vendido muy bien, al parecer las madres le están enseñando a sus hijos a apreciar este formato.
Así las cosas, el vinilo y sus generaciones volvieron y de seguro no se irán nunca más, pues una vez que se estuvo a punto de perderlos se pudo valorar lo importante que es para la industria, los artistas y los consumidores estos formatos en físico.