Se refuerza la “amistad fálica” a punta de manoseos entre colegas.
Música, amigos y placer es una de las mejores combinaciones que pueden existir si de divertirse y disfrutar se trata según Nacho G, un hombre que llevó el negocio de la masturbación a otro nivel.
En Alcorcón, España, crearon un local de 100 metros cuadrados para un aforo limitado de 70 personas, con el objetivo de crear el primer club de masturbación masculina en grupo de este país.
Bajo el nombre de Pajas entre colegas, las personas que asistan tendrán un periodo de 3 horas para aprender a darse placer y deben pagar entre 20 euros mensuales o 235 euros anuales.
Nacho afirmo que inspiró su nuevo negocio de los Jack off clubs noventeros de Estados Unidos, y en América del Norte en donde hay cerca de 20 clubes como este.
La interacción entre los que asistan a las clases es esencial aunque deben cumplir dos normas: nada de intimidad oral y la penetración está totalmente prohibida.
Los hombres que van a este local son tanto heterosexuales como homosexuales y se permiten besos o manoseos entre ellos.
De acuerdo con Nacho, la mayoría de hombres que van a ese tipo de negocios están casados, tienen novia o amate y son felices con su pareja, pero lo que buscan es lo que el denomina “hermandad fálica”.
En el establecimiento hay sofás amplios y pantallas gigantes que transmiten contenido que les produzcan erecciones. Además, ponen música suave, iluminación baja y ponen esencias aromáticas que despiertan la pasión y el deseo.
En diálogo con el diario El País, Paul Rosenberg, fundador de un club de masturbación en Seattle afirmó:
“Los clubes de masturbación eliminan esos torpes procesos que las opciones fáciles de las apps para tener sexo dejan sin respuesta. No hay necesidad de acordar un momento o un lugar, solo se trata de analizar quién tiene sitio o, sencillamente, si serás compatible con la otra persona”.