Estas chicas tenían una gran admiración por el capo y cumplían labores específicas dentro de su organización, además su físico era similar.
Hace pocas horas se conoció la noticia de que uno de los capos más sangrientos del país, Otoniel, será extraditado hacía Estados Unidos, de él se tienen muchas historias sórdidas y una de las que más llamó la atención en su momento fue el uso de mujeres para cometer crímenes dentro de su organización.
Un informe que se reveló en el 2018 por Noticias RCN mostró los tentáculos de una de las organizaciones más oscuras de narcotráfico en nuestro país, el Clan del Golfo. Entre varios de sus negocios turbios existía una red de mujeres que se dedicaban a realizar actos criminales en todo el país.
Estás mujeres tenían características similares, pelo largo, delgadas y varias cirugías que las hacían figurar como todas unas muñecas. La investigación reveló que eran 64 mujeres y muchas de ellas eran amantes de miembros del Clan del Golfo. Y como se dijo anteriormente, también eran utilizadas como fachadas para cometer todo tipo de delitos dentro y fuera del país.
Entre las mujeres que más se destacaban en la organización estaban alias la Flaca, alias la Jefa y alias la Negra.
Alias la Flaca era amante de Otoniel y tuvo una relación con él por más de 10 años. Adicional a esto, la mujer conoció al capo en uno de sus servicios como prepago. Su nombre es Blanca Madrid y el papel que cumplía en la organización era entregar droga y recibir las ganancias. Para llegar a Otoniel se movilizaba en mula por más de 10 horas, pues el capo estaba interno en la selva y llegar a él era casi imposible.
Alias la Jefa era otra de las cabezas de la organización, ella es la hermana de alias la Flaca y fue identificada como Marta Madrid. Su papel era lavar el dinero y, para ello, contactaba a las iglesias evangélicas de otros países como en Santo Domingo. Allí llegó a donar más de 10 mil millones de pesos para así poder limpiar la plata.
Una de las estrategias de estas hermanas fue construir su imagen muy parecida, casi como gemelas, el fin de sus cirugías y demás era distraer a las autoridades. La idea era que se pensara que las dos eran una sola y cuando una estaba tranquila en Bogotá bajó el lente de las autoridades, la otra estaba haciendo de las suyas con Otoniel.
Por su parte, alias la Negra, Nini Johanna Úsuga, vivía entre lujos y excentricidades. Ella es la hermana de Otoniel y también era una de las personas de su entera confianza para manejar sus finanzas. Ella se encargaba de los contactos en el exterior y sus antecedentes limpios facilitaban esa labor.
Gracias a sus excentricidades y a la vida poco convencional que llevaban estas mujeres, las autoridades lograron identificarlas y capturarlas. Ahora pagan penas en la cárcel por su relación con el narcotráfico. Además, se les incautó propiedades, joyas y una flotilla de camionetas avaluadas en más de 3000 millones de pesos.