Se dio a conocer la historia de cómo prostituía a niñas y cómo las sobornaban para que cumplieran los caprichos del narcotraficante.
Pasadas las 5 de la tarde de este miércoles 4 de mayo, se conoció la extradición de Dairo Antonio Úsuga, alias ‘Otoniel’, quien fue llevado a EE. UU. a responder por sus delitos.
De él se tienen muchas historias sórdidas y escalofriantes, una de las que más llamó la atención en su momento fue el uso de menores de edad, para ejercer la prostitución, a quienes les prometían sumas de dinero y regalos, con las que ellas creían estar haciendo lo correcto.
Y es que en el año 2018, se dieron a conocer unas cartas, que las menores de edad les enviaban a ‘Otoniel’ a mono de agradecimiento, sin imaginarse el real daño que les estaban haciendo, al hacerlas ejercer la prostitución.
Las cartas las dieron a conocer, gracias a una investigación policial, en la que se encontraron los textos, los cuales fueron revelados en su momento por Noticias RCN.
En los escritos, que pueden llegar a ser dramáticos, se puede leer en palabras escritas a puño y letra de las menores, donde demostraban que las pequeñas se apegaban sentimentalmente del delincuente, agradecían por los tratos y las ayudas que les daban a sus familias, sin imaginarse el año sicológico y físico por el que estaban pasando.
“La presente nota es para decirle que lo quiero mucho y le agradezco todo lo que ha hecho por mi mamá, por mis hermanos y por mí”, son las palabras que se pueden leer en unas de las cartas.
“Me puede hacer llegar lo que usted me quiera regalar, no soy una mujer exigente”, se puede leer en otro de los textos.
Según se pudo conocer gracias a la investigación, las niñas eran encontradas por una mujer, quien las buscaba en los colegios y escuelas en las que estudiaban, para apunta de sobornos, convencerlas de encontrarse con el narcotraficante.
Estas menores eran contactadas de pueblos cercanos al lugar en el que se refugiaba ‘Otoniel’.
Al parecer, a estas niñas les pagaban hasta 15 millones de pesos, no solo a ellas, sino que también les daban regalos a los padres de estas, para que dejaran que las pequeñas accedieran a estar con los criminales.