¿Puede el dinero dar una segunda oportunidad?
La vida da muchas vueltas. Un día se puede estar en lo más alto y, en un abrir y cerrar ojos, estar en el otro extremo, o viceversa. Esto lo demuestra una particular historia que sucedió en Argentina que, además, deja una lección de vida, nunca rendirse hasta conseguir lo que se quiere, eso sí, de una forma legal y sin hacerle daño a nadie.
Y es que resulta que un ladrón, conocido como Marcelo Paredes, conocido como Rambito tuvo la fortuna de ganarse un premio gordo de lotería, luego de jugar con los mismos números durante 15 años, lo cual lo llevó a sincerarse con la policía y prometerles darle un vuelco a su vida.
El hombre se acercó a la comisaría y le dijo a los uniformados, quienes tantas veces lo detuvieron por sus actos delictivos, “muchachos, no robo más”. Asimismo, Paredes será recordado por su amabilidad a la hora de encarar los diferentes juicios. “¿Cómo anda, doctor? Gusto de verlo”, solía decirle a los jueces que veían sus casos.
De acuerdo al medio de comunicación argentino TN, el hombre tenía un total de siete informes de antecedentes penales y cinco por cometer actos reincidentes, ya que sus presas favoritas eran los turistas y, además, delinquir en casas.
Asimismo, cabe señalar que entre los delitos que cometió a lo largo de su vida, nunca fue señalado por haber ejercido violencia o hacer el uso de armas en contra de sus víctimas. Sin embargo, como una forma de arrepentimiento, Paredes también tomó la decisión de hacer algo por dos de las personas que sufrieron de sus actos delictivos y prometió devolverles el doble del dinero y las pertenencias que les había quitado.
Cabe señalar que, según lo revelado por TN, el hombre obtuvo la suma de 94 millones de pesos argentinos, lo cual equivale a unos 847 mil dólares, una cantidad de dinero que ahora le permitirá darle un vuelco a su vida y dejar de robar para poder sobrevivir.
Eso sí, habrá que esperar a que Paredes cumpla con su promesa y que, si se vuelve a hablar de él, no sea por su regreso a las calles para retomar su vida como delincuente, sino para demostrar que las segundas oportunidades existen y que no se puede perder la esperanza por lograr lo que se quiere.