El 60 % de mujeres emplean los gemidos para excitar a sus parejas, según un estudio realizado en España.
Durante las relaciones sexuales, uno de los factores más importantes para que todo fluya, que haya una química inexplicable y que se llegue al clímax, es dejarse llevar, dejar a un lado los problemas y las preocupaciones para que la energía haga lo suyo.
La sexualidad es un tema bastante privado y relevante que a lo largo de la vida nunca se le debería dejar de prestar atención. En este espacio se pasa bueno, experimentamos, cumplimos fantasías, sentimos cosas inexplicables y llegamos a compartir nuestras energías más profundas con la otra o las otras personas.
Esta actividad es clave para una vida saludable, pues aunque varias personas no lo saben, son muchos los beneficios físicos y mentales que trae tener intimidad.
La reducción del estrés y el colesterol, fortalecimiento del sistema inmunológico, prevención del cáncer de próstata, buena salud vaginal, más concentración y menos insomnio, son algunos de los beneficios que trae tener relaciones sexuales.
Uno de las cosas que hacen que nos elevemos a otro nivel y nos dejemos llevar por el momento, son los gemidos. Hacer esta acción desbloquea ciertos filtros para poder llegar a tener un orgasmo de forma más sencilla. Nos ayuda a liberar tensión y, al generar una hiperventilación, que favorece a nuestro cerebro para llegar al clímax.
Aunque algunas personas finjan, los gemidos en general indican excitación y gozo. Su intensidad y volumen varían dependiendo del ritmo de la penetración, estimulación o de la pasión que se esté viviendo en el momento.
Además, según varios expertos, los gemidos y las expresiones del rostro que se dan durante el coito son una respuesta natural a la respiración profunda que se experimenta por el éxtasis del placer.
En relación con lo anterior, la firma Bijoux Indiscrets realizó un estudio denominado “Ficción vs. Realidad en el sexo”, en que llegaron a la conclusión de que el 60 % de las mujeres emplean los gemidos para excitar a sus parejas.
Asimismo, gemir ayuda a conocer más a la otra persona, pues, dependiendo de la intensidad, se puede identificar que le gusta cómo la está tocando, acariciando, moviéndose o besando.