La nariz puede funcionar para alcanzar la química sexual y la atracción física deseada.
En el contexto de la sexualidad son varios los aspectos que pueden llegar a incidir en la excitación y la atracción. Desde el físico hasta personalidad nos hacen enamorarnos o sentir gusto por otra persona.
Aunque con el pasar del tiempo se ha creado el imaginario de que lo único que importa en la intimidad, es la penetración, expertos han ido contrarrestando estos pensamientos y han informado de una manera más asertiva a los individuos.
Es importante dejar de lado esa idea y poner más atención a cada detalle, salir de la zona de confort, enfocarse en experimentar, en la química sexual y conocer nuestros propios placeres y cuerpos
Masajes eróticos, el uso de la boca para morder, besar, lamer, la masturbación y los juguetes sexuales, son algunas de esas herramientas que nos pueden ayudar a mantener la pasión o deseo; sin embargo, hay algo que se les olvida mucho y es el olor, una constante cosmológica oculta en el universo sexual.
A través del olor de otra persona podemos llegar a sentir de todo, nervios, excitación, amor y atracción y esto se debe a nuestra producción de feromonas. De acuerdo con Alonso Fernández Guasti, adscrito al Departamento de Farmacobiología del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados de México, son sustancias químicas secretadas por los seres vivos que en la proximidad hombre-mujer están relacionadas con la atracción sexual.
Cabe mencionar que aunque no podemos percibir el olor de las feromonas, nuestro cuerpo reacciona ante su presencia e incluso influyen en la elección de la pareja. Hay ocasiones en las que en cualquier momento y lugar nos podríamos sentir atraídos por cualquier desconocido sin saber por qué, por otro lado, después de hablar bastante con alguien y tener la primera cita, puede suceder una desilusión, aunque parezca perfecto.
Ingelore Ebberfeld, la autora de una tesis enfocada en la función de los olores en la sexualidad, hizo una encuesta en la que más de la mitad de los participantes aseguraron sentirse estimulados por el olor de su pareja.
El favorito de todos es el olor corporal con perfume en un 45 %, el olor de las partes íntimas el 31 %, el olor después del acto sexual y el olor de las axilas (23 %).
En los olores y la sexualidad existe una parafilia denominada olfatofilia en la cual el olor, generalmente genital, anal o axilar, es necesario para alcanzar el orgasmo o llegar a sentir placer.
La psicóloga Wendy Rodríguez afirma que hay varias formas de identificar a alguien que la padece. En primer lugar, si el individuo comienza a sentir angustia o una sensación intensa de la necesidad de oler estas partes del cuerpo, lo que puede llegar a afectar la vida social, el contexto académico o el trabajo.
Asimismo, estos sujetos pueden presentar “anomalías en su capacidad para sentir empatía, desarrollar lazos de afecto y mantener un grado satisfactorio de intimidad emocional sexual con su pareja, que además sea recíproca y respete los límites de la otra parte”.