Los habitantes del sector, que era reconocido por ser muy familiar, están indignados por el posicionamiento que ha venido tomando el negocio de contenido para adultos.
Cada vez son más las personas que deciden montar sus propios negocios, uno de los más lucrativos últimamente es el de estudios webcam, en el que mujeres y hombres se dedican a complacer a ciertos clientes a través de una cámara.
Aunque en estos trabajos no se pueda decidir quiénes entran y quiénes no, lo que sí se puede hacer desde un comienzo es restringir ciertos lugares al rededor del mundo, ya sea porque las personas no quieren que se enteren en su ciudad o país de lo que están haciendo o por una estrategia monetaria.
En Colombia poco a poco se va contrarrestando el tabú de ciertos trabajos que tienen que ver con el entretenimiento o el contenido para adultos. Sin embargo, todavía hay ciertas ciudades que no lo ven con tan buenos ojos y que denuncian a las personas o a las organizaciones que se dediquen a esto.
Es el caso de un barrio de Armenia en el que la mayoría de las familias se han quejado por el alquiler de múltiples viviendas con el fin de montar múltiples estudios webcam.
De acuerdo con algunos vecinos de la zona, su preocupación inició cuando se percataron de la llegada de personas ajenas a la comunidad y que en ese momento, en la zona no se tenía conocimiento de este tipo de actividades, no sabían qué era.
Las viviendas fueron transformadas casi en su totalidad, sellaron garajes y ventanas con paredes de “cartón” y todo el tiempo entraban personas extrañas que podían durar días completos sin dar “señales de vida”.
A pesar de que los líderes sociales del barrio La Alameda denunciaron lo que estaba sucediendo en la propiedad horizontal, residentes afirman que hasta el momento no han encontrado ninguna respuesta por parte de la Alcaldía municipal, ni de la curaduría urbana y tampoco de la Secretaría de Planeación.
“El cuadrante de la policía de la zona tampoco actuó y ante esta falta de autoridad rápidamente la calle 22 norte de Armenia se convirtió en una especie de ‘cuadrapicha’ del norte de la ciudad”, expresó un residente en diálogo con el diario El Tiempo.
Por lo anterior, los ciudadanos están muy inconformes y hasta con miedo de lo que está sucediendo en el norte de la ciudad. Recientemente, se conoció el caso de que las autoridades locales tuvieron que cerrar uno de los establecimientos por un presunto caso de explotación sexual con un menor.