Un espacio para tener sexo con desconocidos en donde otras personas pueden ver y hasta tocar.
Un hábito en Europa que ha tomado fuerza con los años es el dogging. Hombres y mujeres salían de su casa con la excusa de “sacar al perro”. Sin embargo, esto no era tan cierto, algunos sí lo sacaban, pero para encontrarse con desconocidos y tener relaciones sexuales.
En diálogo con el Clarín, el psicólogo y sexólogo Mauricio Strugo, explicó que esta práctica, cuyo objetivo es “experimentar nuevas maneras de vincularse sexualmente”, ha existido desde los años 70 y surgió exactamente en Reino Unido.
Y es que hay que tener una mente demasiado abierta porque las personas que se encuentran en estos lugares públicos, no sólo pueden ver las escenas calientes, sino que pueden pasar de ser agentes pasivos a activos, y así poder tocar, morder, de todo.
Y es que de acuerdo con el sitio web Psicología y Mente en ciudades como Madrid, las personas suelen hacer dogging en sitios populares como el Paseo del Prado o el Parque del Retiro.
Para la psicóloga clínica y sexóloga Paola Andrea Beltrán, este espacio llama bastante la atención, porque se cumplen fantasías en dos vías “ser vistos y poder interactuar”; además, afirma que uno de los componentes que más hacen presencia en esta práctica y que hace que todo sea más divertido es la adrenalina.
Aunque hasta hace poco se ha venido conociendo este tipo de encuentros en América Latina, se sabe que existen sitios web, grupos en redes sociales y hasta foros, que se encargan de toda la gestión de esta práctica.
Además, hay guías que explican cuáles son los mejores escenarios para tener sexo en diversas partes de Europa. Cabe resaltar que los parqueaderos, espacios abandonados, callejones y baños, son algunas de las locaciones preferidas por muchos.