No fue un chiste. No estaba en el libreto. Pero el bofetón de Will Smith a Chris Rock sí opacó la noche de los premios Óscar y, al tiempo, puso de nuevo la pregunta sobre los límites del humor.
El golpe que Will Smith le propinó a Chris Rock en la noche de los Óscar, luego de haber hecho una burla sobre la cabeza rapada de su esposa, dividió las opiniones de los espectadores en las redes sociales. Unos aseguraban que la bofetada era falsa, mientras que otros estaban indignados por la situación que se había vivido en una de las galas más importantes del entretenimiento.
Lo cierto de todo esto es que en pleno siglo XXI aún seguimos normalizando las agresiones físicas y, al mismo tiempo, criticamos fuertemente los atentados contra la libertad de expresión. Uno de los casos que generó indignación fue cuando un grupo de terroristas mató a varios empleados del diario francés ‘Charlie Hebdo’ en 2015, por una portada llena de sátira que puso varias caricaturas de Mahoma, una ofensa que los radicales no dejaron pasar.
Es por eso que SoHo decidió preguntarles a varios comediantes qué opinión tienen sobre el bochornoso hecho que ocurrió entre Will Smith y Chris Rock y si en sus rutinas utilizan la condición sexual, el aspecto físico o la situación social de otros para hacer comedia.
Además, ellos contaron cómo creen que se puede hacer humor en un mundo donde todo se ha vuelto políticamente correcto y se debe caminar por un difícil límite para no generar racismo, homofobia, xenofobia o simple matoneo en busca de lograr una risa.
Iván Marín, comediante profesional, respondió que el incidente que ocurrió el pasado domingo fue desafortunado “con seguridad esto lejos de quedarse como una anécdota aislada, tendrá una repercusión a futuro en la percepción y ejecución de la comedia”.
Por su parte, Jonathan Gato, quien además es un juicioso estudioso de la comedia, asegura que los comediantes tienen la libertad de proponer los chistes y que “lo que pasó la noche del domingo fue un hecho desafortunado porque Chris elaboró un chiste, fue pensado. No era un insulto directo”.
La comedia es un chiste de un mundo inventado, “es una visión totalmente personal del comediante, en ese orden de ideas te puedes ofender o no”, opina Gato, quien resalta que la reacción que tuvo Smith es negativa porque “pudo levantarse e irse sin la necesidad de agredir a nadie. Cris Rock es una estrella de la comedia”.
Para Tato Devia, lo de Chris Rock es un riesgo que asumen los comediantes cuando tienen un micrófono en la mano. “Hay que entender que lo que vayamos a decir podría herir a alguien. Uno no planea eso, pero en ocasiones lo que se dice genera reacciones negativas”.
Desde el punto de vista de los comediantes, Will Smith reaccionó de una manera poco acertada. Además asegura que hará que la forma de hacer comedia cambie.
El comediante Diego Mateus asegura que en sus rutinas procura no utilizar estos temas pero en ocasiones sus historias están basadas en la condición en la que ellos vivieron de niños. “Los comediantes hablamos de nuestras propias carencias”. El humor siempre ha apelado a hablar sobre la condición de alguien, “desde Molière o William Shakespeare hasta los tiempos de hoy. Que este ejercicio se debe replantear, seguramente sí”, puntualiza Mateus.
Jonathan Gato dice que en la mayoría de sus rutinas intenta no tocar estos temas, pero “todos tenemos este tipo de chistes”; sin embargo, la idea con ello es hacerlo con un ejercicio de reivindicación. “La misión de la comedia es generar una crítica sobre lo que está mal y no destruir”.
Por su parte, Marín dice que “jamás ha sido el tipo de comedia que disfrute ejecutar, muchos colegas lo practican y me abstengo de opinar al respecto. Pero entre las nuevas generaciones del humor es pan de cada día, esto me hace sentir viejito”.
Para muchos comediantes es un desafío hacer humor sin que alguien salga herido, sobre todo en una realidad donde cada palabra que se diga puede ser tomada como algo que resalta la discriminación.
Sin embargo, los humoristas saben que es complejo omitir temas que por estos días parecen muy difíciles de abordar. “El humor utiliza aquello que parece tragedia para algunos, con el fin de sacarle su lado divertido y gracioso. De estos temas se habla desde que existe el humor, “pero hay sectores que no comparten esos contenidos y no disfrutan de ello”, recalca Devia, por eso la mejor recomendación que hace para quienes lo creen así, es no asistir a estos shows ni verlos.
“La comedia no puede caer en la trampa de la extrema corrección política actual o simplemente moriría”, asegura Marín, pero no deja de enfatizar que cada comediante tiene una responsabilidad de autocensura frente a aspectos obvios. “Pretender que jamás nadie se ofenda por algo que uno diga es una utopía. Cuando alguien quiere buscar ofensa en algo, seguro la encontrará”, finaliza.
Y es que para Marín, si se hace el ejercicio de mirar las rutinas de los humoristas, absolutamente todos, sin excepción alguna, tendrán la anécdota de contar que alguien les dijo que sus chistes eran ofensivos, “hasta un humor tan blanco como el del Chavo del Ocho le he visto ser criticado. El artista sí debe hacerse responsable por lo que dice, pero no puede responsabilizarse por lo que se interprete o tergiverse a partir de lo que dijo”.
Diego Mateus dice que hay que hacer un cambio frente a lo que se ve en las redes sociales que nos han llevado a realidades como esta: “seguramente se construya el concepto de la postcomedia donde la gente decida qué es comedia. Tenemos que hacer un replanteamiento total y preguntarle a esa gente con un faro de moral ¿de qué se ríen ellos? Los que nunca han fallado”.
Tato Devia agrega que el punto de toda esta discusión es “entender que un chiste no es una verdad absoluta, sino una visión o una observación de una persona, tú puedes estar a favor (cuando te ríes) o en contra cuando la críticas”.
En un mundo cada día más estricto con la corrección política, pero al mismo tiempo más consciente con las minorías históricamente burladas o discriminadas, lo que pasó la noche del domingo puede que no solo se quede en las redes sociales, sino que trascienda en cambios a la hora de realizar rutinas de comedia. Es probable, como dicen los comediantes colombianos, que después del bofetón que Will Smith le dio a Chris Rock se vaya a partir en dos esa esfera que ha gozado de libertad de expresión ilimitada.