Desde hoy esta práctica médica para morir dignamente se convirtió en un derecho para los colombianos.
Con una votación 6-3, la sala penal de la Corte Constitucional legalizó el suicidio médicamente asistido en el país.
El debate tuvo como ponente al magistrado Antonio José Lizarazo, quien votó a favor del suicidio médicamente asistido, al igual que Alejandro Linares, Gloria Ortiz, Diana Fajardo y Natalia Ángel Cabo, mientras que Cristina Pardo, Paola Meneses y Jorge Enrique Ibáñez, estuvieron en contra.
A diferencia de la eutanasia, en esta práctica es la persona quien causa su propia muerte por medio de dosis letales. El procedimiento se llevará a cabo de manera abierta y no se podrá penalizar.
La decisión fue tomada después de estudiar una demanda que presentaron Camila Jaramillo Salazar y Lucas Correa Montoya, del Laboratorio de Derechos Económicos, Sociales y Culturales. En ella, el objetivo principal era contrarrestar el inciso segundo del artículo 107 del Código Penal, en el que la inducción propia del suicidio puede ser penalizado con 16 o 36 meses de cárcel.
De acuerdo con El Tiempo, una parte de la demanda exponía: “En algunos casos, las personas prefieren poner ellas mismas fin a sus vidas (suicidio médicamente asistido) y al hacerlo buscan tener la ayuda necesaria para lograrlo de forma segura, acompañada y protegida”.
Así mismo, en el proceso judicial se pidió que el Ministerio de Salud reglamente el acceso al suicidio médicamente asistido en un periodo de tiempo de máximo tres meses.
Cabe resaltar que esta consecuencia no era solo para la persona que lo hiciera, sino para los que apoyaran o respaldaran a cualquier individuo que quiera poner fin a su vida.
Las personas que quieran acceder al SMA deberán cumplir con los mismos requisitos que hay para la eutanasia:
1. Ser diagnosticado con una lesión corporal o enfermedad grave e incurable.
2. Manifestar el consentimiento libre, inequívoco e informado.
3. Considerar que el sufrimiento secundario a la enfermedad es incompatible con la idea de vida digna.
Con este gran paso, Colombia se suma a Países Bajos, Suiza, Canadá, Luxemburgo, Alemania, España, Australia, y a ciertos estados de Estados Unidos donde esta práctica es totalmente legal.