Conozca el minuto a minuto del recorrido de la camioneta en el que se movilizaban las víctimas el día de su muerte.
En la noche del pasado jueves 18 de agosto, las autoridades de la capital hallaron cuatro cuerpos sin vida, de tres hombres y una mujer, sobre la autopista Norte con calle 223, dentro de una camioneta, con signos de tortura.
Las víctimas del sicariato fueron identificadas como: Juan Carlos Useche un ex policía de Cali, que estuvo en la cárcel por concierto para delinquir y fungía como prestamista de San Andresito; Leidy Alejandra Betancur pareja de Useche, Leonardo Sanabria, quien presuntamente era escolta de Useche y José Perózo Zabala, un individuo de origen venezolano quien tenía medida de aseguramiento preventiva carcelaria por el porte ilegal de armas.
De acuerdo con el analista de seguridad Andrés Nieto, lo que está relacionado en este caso es lo que él denomina como “Outsourcing criminal”, la articulación de distintas bandas en diferentes puntos del país para cumplir con sus objetivos, es decir, las rentas delincuenciales. “Esto es una de las herencias macabras dela pandemia y es que ya no hay una central de operación delictiva, ya no están en un solo sitio, sino que buscan experticia”, expresó el experto en diálogo con Juan Diego Alvira durante la emisión de Noticias Caracol.
Esa experticia puede hacer referencia a la búsqueda de personas con diferentes especialidades como por ejemplo pitufeo de droga, préstamos, gota a gota, extorsión, entre otras, para armar grupos delincuenciales
En la mañana del jueves la camioneta llega a una droguería en Colina Campestre, salen del peaje, a las 12:35 P.M. de la tarde un amigo de Useche recibió su último chat y a las 8:20 P.M. se hace la inspección de la camioneta donde son encontrados los cadáveres.
De acuerdo con el experto, presuntamente este sicariato tiene una posibilidad logística anterior, es decir, sabían todo de la víctima principal, con quien está, a qué hora sale, donde está, para poder dar el golpe contundentemente. Esto es lo que denominaron las autoridades como ajuste de cuentas.
Hay dos tipos de sicariato, el de blanco fijo donde se busca matar a una persona que tiene mucha información que hace parte de una cadena delincuencial, pero se está volviendo la “piedra en el zapato” o se está quedando con el poder.
Por otro lado, está el sicariato de mensaje, que es el que más relacionan con este caso, ya que el objetivo era que los cuerpos se encontraran como fuera, donde todo mundo los pudiera ver y que las autoridades los hallaran. Aquí no se trata de ocultar nada, sino que se envían mensajes entre bandas, a través del método del delito ejemplarizante.